QUE VUESTRA VOZ SE ELEVE AHORA

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23 de marzo de 2006.

 

JNSR: ¡Señor! ¡Llena de tu Amor el corazón de Tu Obispo! Tú quieres Tu gran Cruz y Tú lo puedes todo, Señor.

 

JESUS: Vosotros Me pedís que responda a una pregunta de la cual ya conocéis la respuesta. Yo deseo Mi Cruz por todos vosotros.

            Yo deseo la voz de cada uno de vosotros por Mí. ¿Es demasiado pedir a Mi Pueblo, que se reúna y que se una a Dios, por Dios; que cada uno de vosotros eleve su voz por Mí? Es natural que el número de voces, solicitado por Mi Corazón, sea alcanzado. Los llamados serán cada vez más numerosos, siempre más apremiantes, porque el número de Creyentes va a aumentar con el Poder de Mi Llamado, que Yo hago entrar en vuestros corazones y que difundirán Mi pedido por todas partes. Mi Palabra va a tocar primero, a los que están llamando, entonces tocará a quienes responden. El llamado y la respuesta proceden de la misma fuente: la Esperanza y la Fe se despertarán con la Fuerza que Yo pongo en vosotros.

 

El Espíritu Santo está obrando, porque éste es Su Tiempo,

 el Tiempo de la Cosecha.

 

            Los Obreros han plantado millares de Cruces sobre la Tierra: ellos han abierto el camino a Mi gran Cruz, que viene a triunfar sobre la incredulidad de este mundo que se destruye él mismo. Id, hijos de Mi Santa Cruz, a recoger los frutos de Mi Victoria: la Victoria de Mi Cruz. Ésta es la ovación de los Pueblos liberados del Mal que vosotros pronto sentiréis. Pero Yo os repito: “¡Haced, que Yo haré!”.

            No dejéis jamás la era sin obreros, porque pronto Yo voy a hacer el llamado del inicio, y el Grano comenzará a entrar en grandes cantidades a Mi Granero: pan y agua para todo el mundo ¡Dios va a alimentar a Su Pueblo!

            Tan solo con las voces que se van a elevar, en el número deseado por Dios, vuestro Señor vendrá a liberar de la esclavitud del pecado a Sus hijos prisioneros. Y comenzará la Era de la Paz en Dios. Informad aun a quienes jamás os habían escuchado. Hoy, Yo abro el oído, abro la vista, abro los corazones, porque Mis hijos Me gratificarán con las voces que Yo espero. Como el número de Cruces plantadas ya ha sido alcanzado, Yo pronto os diré lo que estáis esperando de Mí: “¡Vuestro Señor está aquí!”.

            No desesperéis. Tened Confianza en Dios. Creed en Mi Omnipotencia. Vuestro Señor abrirá todas las puertas cerradas, incluso las más aseguradas con cerrojos, ¡aquellas que Me han estado cerradas por tantos años! Porque ha llegado el Tiempo en que Dios, en Su Infinita Bondad, os promete Su Gloria en Su Retorno Glorioso.

            Mi Santa Gloria está en Mi Misericordia, que desciende para purificar hasta al más miserable pecador para glorificarle como un Santo. Es así como Yo os mostraré Mi Gloria, como todos la verán, tanto en el Cielo como en la Tierra.

 

He aquí que Yo vengo. Amén, ¡ven, Señor JESUS!

 

            No temas, hija Mía. Yo seguiré hablándote a medida que el tiempo se desenvuelve como un rollo, el rollo de la Santa Escritura.

Mi medida no tiene medida, así como Mi Amor es Infinito.

No temas nada, ni por los tuyos, ni por ti, ni por aquellos a quienes amas.

Vosotros estáis todos en Mi eterno e inefable Amor.

Dios de Verdad y de Gloria.

Amén.