VUESTRO SUFRIMIENTO Y MI CRUZ

*******

20 de marzo de 2006.

 

JESUS: Hija Mía, no le temas al sufrimiento, porque él puede oprimir tu cuerpo sólo hasta el momento en que Yo le ordene soltar la presa. Yo no te lo he mandado pero, cuando él se presenta, tú no lo rechazas. Tú vives preocupada por una nueva crisis y si todavía hay fuerza en tu corazón fatigado, soy Yo quien te la ha dado, para permitirte soportar mejor el dolor que has aceptado.

            Este mundo, imbuido en sí mismo, no sabe compartir nada en estos días de Cuaresma. ¿Qué puede ofrecerMe un hijo que Me ama? Todo lo que vosotros tenéis, he sido Yo quien os lo he dado, pero tu ofrenda de Amor te pertenece. Tu Amor, tú Me lo has entregado: él está en Mi Santa Cruz. Tu Obediencia, tú Me la has dado: Yo la he guardado en Mi Santa Voluntad.

            Os resta ofrecerMe lo que Yo espero de vosotros para que os asemejéis a Mí: el sufrimiento, hasta el extremo de vuestro Amor, como lo hizo el Divino Crucificado, hasta Su Muerte en la Cruz por cada uno de vosotros. Mis almas, en comunión con Su Dios, vendrán a Mi encuentro en Mi Santa Cruz. Ella es la que os reúne. Como un imán, atrae a todas vuestras almas hacia ella. Vosotros sois Mis Cruces iluminadas por el Amor de vuestro Dios.

            Y he aquí que tú Me dices:

                        “Acepto, Dios mío, este sufrimiento que me viene de la Tierra.

                        Toma, mi Divino Señor, lo mucho o lo poco,

                        que me abraza como una madre,

                        sofocándome con sus besos, que yo no oso rehusar,

                        el vientre, el corazón, los riñones;

                        porque yo lo acepto, toda feliz, por la Salvación de mis hermanos

                        y  por Tu gran Cruz Gloriosa.

                        Eleva, Señor, Tu Cruz con los millares de Cruces

que Tus Obreros han levantado en todos los Países

                        donde Cristo es Rey”

 

En Mi Amor, Yo os elevaré hacia Mí.

JESUCRISTO