SUPLICA HECHA A DIOS

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13 de enero de 2006.

 

JNSR:   Señor, ¿se tratará de un misterio que nosotros no podremos comprender aún? Dios mío, ¿por qué habréis Vos escogido Dozulé para levantar Vuestra Cruz? Seguramente, en otro sitio, la habríamos honrado en otra forma, porque la verdad es que se trata del más bello regalo que Dios alguna vez haya podido ofrecer a Sus hijos pecadores.

Esta Conversión, junto al Arrepentimiento de los hombres y al Perdón de Dios que nos ama, traería con ella la PAZ EN LA TIERRA y la suspensión inmediata de las catástrofes y de todos estos desórdenes. Señor, ¿por qué razón el corazón del único hombre que hubiera podido responder a Vuestro Llamado en nombre de la Iglesia y de la Humanidad, se cerró a tal punto, hace ya 33 años?

Señor, todos nuestros hermanos ya están movilizándose para pedir a Nuestro Padre del Cielo que intervenga junto al hombre de la Iglesia que Vos Mismo habéis escogido para responder al Llamado de Vuestra Cruz. Nosotros pedimos a Nuestro Padre Todopoderoso que el corazón del Obispo encargado de Dozulé se deje tocar por la Gracia de Dios, a fin de que libere la Promesa de Dios hecha a toda la Humanidad, elevando en su Diócesis, en Dozulé, la Cruz del Arrepentimiento Mundial y del Perdón universal para todos los pecadores llamados, de Norte a Sur y de Oriente a Occidente, a los pies de la Cruz Gloriosa de Jesús de Nazaret.

Mi Amoroso Señor, nosotros Os lo pedimos, todos los hijos de todos los países del Mundo, todos unidos, que esta Cruz de Amor y de Perdón no sea rechazada una vez más por el Obispo de Dozulé. Nosotros no queremos que Vuestra segunda Venida a nuestra Tierra sea precedida por el rechazo de esta Cruz, para que Vuestro Regreso no se realice después de un desastre mundial.

Tened Piedad, Señor, de todos Vuestros hijos dispersos y angustiados. Mirad su sufrimiento. Por Vuestra Gracia, tocad el corazón de Vuestro Obispo.

            Señor, ¡tened Piedad de todos nosotros!

Por el Misterio de Vuestra Santa Encarnación,

de todo mal, ¡líbranos, Señor!

Por Vuestro Santo Nacimiento,

de todo mal, ¡líbranos, Señor!

Por Vuestro Bautismo y por Vuestro Santo Ayuno,

de todo mal, ¡líbranos, Señor!

Por Vuestra dolorosa Pasión y por Vuestra Cruz,

de todo mal, ¡líbranos, Señor!

Por Vuestra Muerte y Vuestra Sepultura,

de todo mal, ¡líbranos, Señor!

Por Vuestra admirable Ascensión,

de todo mal, ¡líbranos, Señor!

Por la Venida del Espíritu Santo, el Paráclito,

de todo mal, ¡líbranos, Señor!

Por Aquél cuyo Nombre tiene un Reino Eterno,

de todo mal, ¡líbranos, Señor!

            ¡Señor, tened Piedad de nosotros! El Mundo entero apela a la Santa Gracia de Dios y de Su Madre Santísima, Santa MARIA de la Cruz Gloriosa.

Venid, Señor JESUS,

en la Paz de Vuestro Amor.

 

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