MI PALABRA ESTA EN MI CRUZ

*******

13 de enero de 2006.

 

JESUS: Hija Mía, di a tus hermanos que Cristo es la Imagen visible del Dios invisible; que en Mí todas las cosas han sido creadas; que todo existe en Mí, tanto lo increado como lo creado, tanto lo invisible como lo visible. Yo soy el Salvador del Mundo. Yo puedo, en tan sólo un instante, destruir todos los Poderes del Mundo, destruir con Mi propia Mano los poderes del Mal, los que acechan sobre la Tierra sin poder afectar los Cielos, que son guardados por los Ángeles del Señor.

 

Yo espero por quienes Me invocan con Fe y Valor.

 

El hombre, atemorizado por lo que no puede ver, no intenta acercarse a su Dios. El hombre, en lo más fuerte de la tempestad, desencadenada por su propia inercia y por su desinterés en servirMe, se ve en el Jardín de Getsemaní, adormecido, con el rostro postrado en tierra, para no ver ni oír nada.

 

Hombre de poca Fe, ¿de qué tienes miedo?

 

En el sueño, encuentras el escape a tu deber, y tu Dios sufre con tu prójimo, y Yo espero por ti, y él te aguarda. ¿De qué tienes miedo? ¿De la opinión de los demás sobre tu conducta? ¿O de esa misma conducta, que tú mismo podrías cambiar? ¿Tienes miedo de oír a tu Señor, de acercarte a El? ¿ObedecerLe te causaría tanto pavor, que te verías dispuesto a poner en riesgo tu propia Salvación? ¡No te olvides de que Yo estoy presente, no tengas miedo, ven a Mi Divino Corazón!

¿De que te sirve preservar tu persona del “qué dirán”? Quien rechaza Mi Palabra, Me rechaza a Mí. Y si tú Me rechazas, Satanás reinará sobre ti como señor absoluto.

Si tú estás en disposición de arrepentirte, hazlo inmediatamente. Sobre todo, no esperes por Mi Venida en Gloria ante ti. Yo te diré: “DéjaMe pasar, que Yo no te conozco”. No creer en Mi Palabra, es esconderse de Mí. Hijos, no seáis el apóstata que rechaza Mi Palabra. Mi Palabra está en Mi Cruz y Yo deseo que ella sea elevada en Dozulé, en Normandía. 

 

JESUCRISTO

† † †

 

JNSR:   Pidamos a la Santísima Trinidad que ilumine al Obispo de la diócesis a la cual pertenece esta misión, a fin de que él consienta, después de 33 años de reflexión, en obedecer el pedido de Nuestro Señor JESUCRISTO de elevar Su Cruz Gloriosa, por el Amor de Dios y Salvación del Mundo.

† † †