LA SAGRADA FAMILIA

EL GRAN SECRETO DE LA CRUZ

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30 de diciembre de 2005

 

 

JNSR: Mi Dios, si Vos quisiereis que yo haga alguna cosa, habladme en mi corazón: que yo oiga bien, que no me engañe, porque yo no quiero engañarOs. Sería muy infeliz, si eso sucediese por mi culpa.

            Todo lo que se ha hecho hasta ahora: los millares de Cruces de Amor en todo el mundo, los Obispos de Italia, los Arzobispos que me ayudan en la última Cruz de Amor en NAJU, a fin de que ella sea bendecida por el Obispo del lugar, o con su aprobación, todo eso tiene una intención que yo pude entrever esta noche. Guiadme ahora, que yo sé que es un Secreto Vuestro. ¿Habré inventado o imaginado ese Secreto? Señor, ¿estaréis Vos ahora en condiciones de decírmelo?

 

JESUS: Todo eso, hija Mía, para hacer levantar Mi Cruz en Dozulé; ella se debe apoyar en la Omega erigida en NAJU.

Siempre es Mi Cruz Gloriosa, soy siempre Yo,

porque Mi Cruz Gloriosa es JESUS Resucitado.

 

            Ahora, el Mundo está suficientemente informado. Con los Obispos de Italia y Mi Cruz de Naju levantada a Mi orden, ve y encuentra por Mí al Obispo encargado de Dozulé y dile: “El Señor me envía a usted. Si desea satisfacer la falta de Fe en el Mundo, haga levantar en Dozulé la Cruz Gloriosa pedida por Nuestro Señor. El señor fue escogido por Dios para salvar al Mundo a través de Francia, porque ella es la Hija Primogénita de la Iglesia. Y JESUS le dice:”

             Los Obispos que Yo he escogido son como los Reyes Magos, perseverantes, creyentes, adoradores de Dios y hacen en nombre del anterior Santo Padre, Juan Pablo II, lo que él mismo tenía intención de hacer: pedir al Obispo encargado de Dozulé que actuase inmediatamente: la Paz, el Equilibrio del Mundo dependen de la Fuerza de Mi Cruz Gloriosa. Cuando ella sea levantada en el suelo de Francia, los Ángeles de Dios y los Santos del Cielo cantarán la Victoria.

 

Los Pueblos se unirán y vendrán todos a Mí.

 

            Nadie podrá hacer desaparecer la Palabra de Oro de Dios. Yo vengo hoy a devolver el brillo de la Verdad a todo lo que, los ciegos de cada País, comenzando por Francia, han hecho desaparecer. Francia es cristiana. Su verdadero Jefe es JESUCRISTO. Su Ley es Amor, Justicia, Caridad. Todo en el Dios Único que es de todos y de cada uno, porque El es Padre, antes de ser Rey de todo el Universo.

 

Yo soy de todos, porque vosotros estáis todos en Mí. ¡Amén!

 

JNSR: Yo sé, Señor, que para confiarme semejante Secreto sobre la Cruz Gloriosa, es porque Vos me habéis escogido en la miseria del sufrimiento, porque Vuestra Cruz Bendita es la Cuna en la que el Amor salió de Vuestro Sufrimiento terrible y aceptado por Vuestro Divino Sagrado Corazón.

            Yo bendigo Vuestra elección de Vuestra JNSR. Os pido que me mantengáis bien apretada a Vuestro Adorable Corazón, de manera que yo no me engañe al escribir lo que Vos deseáis de mí, de todos Vuestros hijos-Sacerdotes de la Santísima Eucaristía y de Vuestra Palabra, porque Vos nos habéis escogido por Vuestra Santa Palabra. Nosotros somos Vuestros Mensajeros, todos los que tenemos la Gracia de oirOs, de escribir Vuestra Santa Palabra y de difundirla por el Mundo.

            Vuestros millares de Cruces de Amor son los benditos fragmentos de Vuestra Gran Cruz Gloriosa de Dozulé. Ellas son sus portavoces, el eco que se repite hasta los confines del mundo, para darles a conocer el inmenso Proyecto de Nuestro Padre de los Cielos. “Al hacer amar a Mi Cruz Gloriosa”, dirá JESUS…

           

JESUS: Yo informo a todos Mis hijos que ha llegado el Día en que Dios os quiere reunir a todos, de Oriente a Occidente, para un Juicio interior, necesario para la Purificación de las almas y de los cuerpos. Hija Mía, Yo soy la Luz del Mundo, Yo vengo a iluminar al hombre. Mi Criatura debe ser lavada ante Dios, para asemejarse a El. Vosotros seréis semejantes a Dios: regenerados, sin odio ni rencor. Todo será Amor, porque Yo soy el Amor. Vosotros seréis enteramente Amor, semejantes a Dios.

            La maldad gratuita es satánica. Yo vengo a lavaros, purificaros, retiraros del Mal. Para ello, vosotros mismos debéis aceptar y amar, tal como Yo, a Mi Santa Madre, escogida para este Combate, porque Ella es Pura, Inmaculada. Ella es la Hija de Dios, llena del Espíritu de Dios. Ella es Mi Santa Madre y la vuestra. Santa MARIA es la Humildad en Dios. Ella aplastará el Orgullo del espíritu del Mal. Este combate es el último. El Espíritu de Dios triunfará sobre el espíritu del Mal. ¡Amén!

 

Jesús de Nazaret, Señor y Rey.