“YO NO TENGO NADA
QUE VER”, DICE EL HOMBRE
*******
22 de noviembre de 2005 - Santa Cecilia
JESUS: Hombre, Yo voy a revelarte algo sobre ti mismo que tú
ya sabes, pero sin buscarle la verdadera causa: tú no conoces nada, pues todavía no has dado ni siquiera un paso
para ello y, cuando sucede algo bueno, tú mismo dices: no tengo nada que ver. Tú aún no has buscado nada y, cuando te pasa
algo malo, te defiendes diciendo las mismas palabras: yo no tengo nada que ver con eso…
Hombre, tú tienes en ti todas las posibilidades de
hacer bien o hacer mal y recoges siempre lo que has sembrado. Tú eres
completamente responsable y cada uno
deberá pagar su cuota de la deuda para con la sociedad. Y más aún: si alguno
dice no tengo nada que ver con eso,
otro deberá pagar su parte por él. Y si hace bien, puede muy bien suceder que
otro, que hizo mal, se beneficie de su
parte, porque vosotros sois solidarios los unos de los otros.
Sí, vosotros lo sabéis muy bien;
¿pero a
qué precio?
No pongáis límites a la inteligencia que Yo Mismo os
he dado. Yo sufrí y, verdaderamente, sólo Yo puedo decir: Yo no tengo nada que ver con ello, en lo que Me concierne.
Pero Mi Sufrimiento era el Precio de vuestro Rescate y, como la humanidad es y fue una inconsciente en este Mundo, que no
sabía más que pecar contra Dios y contra todos sus hermanos, fue por ella, para salvarla por lo que Yo fui el Universal Culpable de los tiempos
pasados, presentes y futuros. En verdad, sólo el Sufrimiento de Amor es la más
grande Moneda, la única aceptada por Dios Padre, Creador de todo el Universo,
visible e invisible. Esta deuda terrible, Yo
la pagué en
Os habría bastado tan solo reconocer que Yo soy JESUCRISTO, el
Hijo de Dios, y Dios Mismo, vuestro Salvador. Habría bastado que, al reconocerMe, y por Amor a vuestro Salvador,
dejaseis de corromper vuestra persona, interna y externa, por el pecado que todo lo destruye. Pero vosotros habéis ido más
lejos aún: por el pecado, vosotros habéis contaminado todo lo que Dios os ha
dado: vuestra Tierra y su aire, agua
y tierra, vuestra Nodriza que renueva sin cesar los productos que son
necesarios para vuestra vida, más allá de vuestro alimento. Tal como quien se
encarniza contra las agotadas mamas de una vaca, vosotros habéis seguido
succionándolas, sin querer reconocer que se agota debido a vuestros malos
tratos.
A causa de vuestro egoísmo, vosotros nunca habéis
sabido compartir con todos vuestros hermanos y esta vaca, maltratada, traicionada porque su leche es lanzada en las
zanjas en vez de destinarse a los pobres, termina
por no serviros ni siquiera a vosotros mismos.
El pecado agota todos los
recursos.
¿Castigo? Sí, vosotros OS castigáis a vosotros mismos.
No acuséis a Dios por todo. Vosotros sois
dioses. Vosotros sois semejantes a
Dios que os creó. ¿Y en qué sois vosotros
semejantes a Mí? Vosotros poseéis TODO para ser perfectos. ¡SI! Vosotros
fuisteis creados perfectos. Cada uno de vosotros es completo, como el mundo. Tú
solo, hombre, eres un mundo, con el Cielo y
Pero el hombre no puede ser Mi Imagen viva, a no ser en el
cara a Cara con su Modelo. Cuando vosotros Me veáis, cara a Cara, entonces, el recuerdo de vuestra Creación, Divina porque
es del Padre, se renovará en vosotros y
Y vosotros, Mis hermanos,
Me seguiréis, viviendo en Dios, por toda
Amén.
Dios de Esperanza. †
Amén.
†
† †