RECOMENDACIONES

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4 de octubre de 2005 - San Francisco de Asís

 

JESUS: Hija Mía, todas las advertencias que Yo hago a Mis hijos para mantenerlos sobre aviso, todas las Profecías que Yo doy para esta Tierra que está muriendo, para este pueblo que permanece sordo, parecen no tener ya más eco en las almas: ellos ya no quieren oír Mi Llamado y reaccionan como si los hombres no conociesen Mi Amor infinito y Mi Santa Ley, porque desean vivir el libertinaje de esta vida.

Tú continúa siendo siempre Mi pequeña Nada. Aspira a la Vida en Dios. ¡Liberad a la Iglesia de su prisión! Para ello, la Iglesia debe reconocer la Santa Divinidad de Aquella que, como Yo, fue concebida por el Espíritu Santo. Mi Dulce y Adorable Mamá es, también Ella, tres veces Santa, pues Ella es, en Su Inmaculada Concepción, Hija de Dios.

Al no escucharMe para establecer este Dogma en su plenitud, vosotros ofendéis a Dios en todo Su Esplendor. Yo os lo repito una vez más: Mi Santa Madre es divina en Su Concepción.

 

MARIA: Yo soy la Divina Inmaculada Concepción. Con Mi Divino Hijo JESUS, Nosotros esperamos el Dogma completo que liberará de la prisión de todos los infieles la Iglesia del Hijo de Dios, siendo MARIA Santísima la Madre de la Iglesia y la Reina de la Paz. A la Iglesia Yo le pido reconocer la Cruz Gloriosa, hacerla elevar, porque ella es la Señal del Amor de JESUCRISTO que anuncia Su Regreso en Gloria para vuestra Salvación.

Honrad a vuestra Santa Madre y a Mi Dulce JESUS de Amor.

JESUS y MARIA os bendicen