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21 de septiembre de 2005 - San Mateo
JESUS: Dios viene a detener la agitación y la rebelión de todos los
elementos y a volver a dar a Su Tierra su imagen primitiva. La tranquilidad
volverá, pero la efervescencia y la excitación no se calmarán tan pronto. Los Pueblos no quieren dar el primer paso
hacia Dios, aún desenvainan su espada y su voz es estruendosa.
Pero ¿por qué razón se rebelan contra el Eterno? La
causa de todos los desastres se encuentra en todas las Naciones, en todos los
seres humanos y, particularmente, en aquellos que tienen sus manos puestas
sobre el Poder y el Dinero.
El comercio de la armas es lo más provechoso, es aquél
que mata a los inocentes y da fuerza a los culpables, que tienen las manos
teñidas de rojo. Pero ahora, podremos decirles que los sistemas, económico,
social y político del Mundo, están cerca
de su fin.
Estamos cerca del Día en que Dios, Nuestro Padre, os
pedirá cuentas: los culpables temblarán. Un poco más y Yo Mismo detendré la
revuelta de los elementos naturales, para impedirles hacer mal al Pequeño Resto y haré parar los
pensamientos de muerte, de revolución y de guerra, en los cerebros poseídos por
el Mal.
Mientras que el espíritu del Mal inventa estrategias
de destrucción, el Espíritu Santo está en acción para establecer el Plan
Divino, que pondrá en su lugar, y para siempre, el Edificio Divino, en el que hasta el más simple recuerdo del
Mal será abolido, y se formará, día a día, el bienestar de toda la sociedad
humana, que vuestro Señor JESUCRISTO tomó bajo Su Santa Protección.
Entretanto, os fue dicho en el Libro Santo: “Habrá señales en el Sol, en
Entonces, se verá al Hijo del
Hombre venir en una nube con gran Poder y Gloria. Cuando estas cosas comiencen
a suceder, animaos y levantad vuestras frentes, porque vuestra liberación está
próxima” (Lc 21, 25-28).
El Señor dice: “He
aquí que Yo vengo”. Amén,
Ven Señor JESUS.
JESUCRISTO.
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