LA ORACION DEL APÓSTOL

*******

24 de agosto de 2005 - San Bartolomé

 

JNSR: Señor, ¿qué debemos hacer ahora, en primer lugar?

 

EL ETERNO:             Reflexionad: el tiempo urge y la mayoría aún no se ha convertido.

Y he aquí que Yo vengo, Amén, ven Señor JESUS.

Dios es Justo. Dios os ama. ¿Cómo conciliar Su Misericordia y Su Santa Justicia? Su Justicia es tan benefactora como Su Misericordia. Lo que veis en cada País es intolerable para el ser humano. Pero os lo digo una vez más: Dios jamás contraría uno de Sus Atributos en detrimento de otro.       

 

He aquí los 10 Atributos de Dios:

            Dios es Soberano.

            Dios es de una moralidad perfecta.

            Dios es Justo.

            Dios es Amor.

            Dios es Vida Eterna.

            Dios es Omnisciente: posee todos los conocimientos.

            Dios es Omnipresente: infinitamente y presente en todas partes.

            Dios es Omnipotente: Dios es Todopoderoso.

            Dios es Inmutable: no hay mudanza alguna en la Naturaleza de Dios o en Sus Atributos.

            Dios es Verdad: y no hay sino una.

 

Dios es al mismo tiempo Amor y Justicia, Omnisciente y Omnipresente. Y así discurre la Armonía del Universo; pero vosotros habéis desestabilizado todo.

Para reencontrar la Armonía del Universo, Yo tengo que servirMe de todos Mis Atributos. Yo os di el tiempo de la Reconciliación y no os habéis aprovechado de él para reconciliaros con vuestro Padre Creador. Vosotros ya sabéis lo que sucedió a Sodoma y Gomorra, a causa de sus habitantes infieles e inmorales. Según vuestro pensamiento, ¿sería necesario, entonces, que Yo pasase por alto la contradicción con Mi Moralidad, en primer lugar, y así como con ese Atributo, también con todos los demás, al mismo tiempo?

            ¡Es así como vuestro tiempo se atreve a escarnecer a Dios, despreciando, una tras otra, todas las partes integrantes de Mi Carácter Santo!

Así está aquí el Fin de los Tiempos de la sublevación contra Dios:

Yo digo: “¡BASTA!”

            Y he aquí que Yo voy a reconstruir lo que el Orgullo humano se atrevió a destruir, luchando contra Dios. Os voy a conceder, una vez más, un favor: el tiempo de una Oración que debe difundirse por el mundo. Y vosotros terminaréis el trabajo pendiente hasta que Yo os de la señal de parar.

Y seguidMe en la Oración del apóstol.

Dios, el Eterno.