JESUS, SALVADOR. MARIA, REINA INMACULADA.

*******

22 de agosto de 2005.

 

JNSR: ¿Qué debo hacer, Señor? Habladme, por favor, que yo Os obedeceré. Hablad, Señor, que yo Os escucho.

 

JESUS: A Mis Obreros, no los dejo sin trabajo. Amar, también es entretenerse con los que se aman. Donde quiera que Yo esté, vosotros estaréis Conmigo. Yo Mismo os ocuparé en lo que Yo deseo. No temáis el abandono, que Dios jamás os abandona.

Si Yo llamo, es porque Yo ya he decidido de quien Me sirvo, y aquél de quien Me sirvo ya es Mi elección. ¿Crees acaso que Yo te dejaría hablar sin razón, o tan solo por tu propia cuenta y riesgo? Los hijos del Señor, al servicio de Su Santa Causa, son de confianza, como El Mismo. Ellos han sido escogidos y elevados paras servir al Señor. NADA os podrá separar de Mí, ni la perturbación, ni la duda, ni la tentación. Para que Me sirváis, Yo aparto el Mal de vosotros, de vuestro corazón, de vuestros gestos, de vuestra boca, de vuestras palabras, de vuestros pensamientos. NADA podrá contaminar las vías del Señor en las que Mis hijos son colocados.

Nunca te dejes llevar a oír alguna voz que quiera deformar Mi Palabra, porque tú estás preservada. Aparta de tu espíritu lo que pueda venir a interponerse entre Nosotros, y di a todos tus hermanos que no intenten oír otra voz que venga a dominar la Mía.

Mi Palabra es Luz y Yo no dejo de iluminaros y esclarecer Mi Camino.

No caigáis ahora, que Yo estoy aquí. Tú puedes caminar confiada; en tu propio corazón, tienes todo Mi Camino grabado. Donde quiera que vayas, Yo estaré allí antes que tú. No tengas miedo de nada: entre dos propuestas, tú siempre escogerás la Mía, porque esa es Mi decisión.

Yo hablo a los corazones que Me han aceptado cuando, amorosamente, Yo Mismo les escogí. Hoy, Mi Santa Madre viene hasta vosotros los que Me amáis. Ella sabe muy bien que vosotros La amáis; pero, mira bien, Yo soy Su Santa Gloria, Su Niñito Jesús de Amor. Mi Sufrimiento fue el Suyo y Mi Gloria, la Suya. Mi Santa Mamá es Mi Amor Eterno. Ella Se parece a Mí, y Yo Me parezco a Ella. Si Mi Padre es el reflejo de Mi Imagen, Yo también soy el reflejo de Mi Padre Adorable. ¿Cómo definirte el Amor que tengo a Mi Santa Madre? Ella es el Cielo. Cuando Yo dejé el Cielo por Mi Concepción Divina, nada cambió para Mí: Ella fue todo Mi Cielo de Gloria Eterna.

NADA faltó al Hijo de Dios, porque Aquella que Lo traía había sido, Ella Misma, traída en el Arca de Dios. Dios es el Autor de Mi Vida, como de la Suya. El Espíritu de Dios abrasa, con el Fuego de Su Amor, la Divina Concepción de MARIA Santísima, Virgen y Reina.

JESUS y MARIA os bendicen †