EL PACIFICADOR ESTA AQUÍ

*******

14 de agosto de 2005.

 

JNSR: Señor, Os pido que me aclaréis: muchos aspectos de lo que debo comenzar a hacer por Vos me parecen todavía muy oscuros. ¿Deseáis guiarme? Señor, yo Os lo agradezco.

 

JESUS: Sólo tú puedes ver en Mí lo que debes hacer. La Palabra del Señor viene a ti. No mires para nada más, no prestes atención a ningún otro lado: oye Mi Voz que está en ti; Yo te hablo siempre en lo íntimo de tu corazón.

EscúchaMe: los hombres gustan del desorden y se dispersan. Si cada uno de ellos Me presta atención, Me oirá. Pero los afanes del mundo os preocupan demasiado. Concéntrate: tú sabes muy bien que lo más urgente es servir a Dios, oír a Dios antes que a los hombres.

Postergar para mañana, sin reflexionar en las consecuencias, puede ser muy peligroso. Dejarse guiar por los demás también es a veces peligroso. Hay dos cosas que debes fijar muy bien: el tiempo está a vuestro favor, haced justamente lo que os pido y ganaréis terreno. Seguidamente, si tenéis Confianza en Mí, ¿por qué razón esperáis por la decisión de un simple ser humano? El Espíritu Santo es el Guía Perfecto. ConsultadLe en todas las cosas. Y, al consultarLe, veréis desarrollarse Mi Plan Divino, fase a fase.

Si todas las Iglesias pidiesen con Fe, cada una de ellas comprendería que Dios no se ata a su apariencia, a su Regla, a su Ley, a su Constitución personal. Dios Se reconoce en cada una de ellas, a través de Su Espíritu Santo que está en ellas, así como está en los paganos. El Espíritu de Dios es Universal. Desde su Creación, la Tierra y el Cielo están llenos del Espíritu Santo. Y este Espíritu Divino, unido al Padre Creador y al Verbo de Dios, Se encuentra eternamente en todas las cosas. El Mismo es, con Mi Palabra Santa, una Creación en perpetuo movimiento.

Mi Espíritu Divino es el Soplo infundido en cada hombre, es la Vida que el propio Dios os da. El Espíritu de Dios está en cada uno de Sus hijos. El Hijo Divino es quien va a uniros unos a otros y uniros a todos a Mí, sin distinción de nacionalidad o de Religión, de guerra o de paz, porque el Espíritu de Dios es el Gran Pacificador. Si hoy Yo te hablo de Paz, es porque el Espíritu Santo es el Difusor de Mi Amor, de Mi Paz, de Mi Alegría. El está en tu corazón. Actúa inmediatamente, que es Mi Santísima Voluntad quien te guía. Amén. Habla con Mi Corazón en ti.

 

JESUCRISTO †