MI IGLESIA

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12 de agosto de 2005 - Santa Clara

 

 

JNSR:     Señor, ¿queréis hablarme hoy? Yo estoy aquí, podéis disponer de mí. ¡Gracias, Señor!

JESUS: ¿Estás lista para escucharMe?

Como ya te he dicho, Yo te avisaré y tú Me oirás. Lo que te pido es que estés siempre atenta a Mi escucha, sin hacer preguntas. ¿Y cómo podrás reconocer que soy Yo? Por el resultado, esto es, por el cumplimiento de lo que Yo te digo pero, sin esperar por el final, tú Me reconocerás en todo; como los Obreros de la Cruz ven, al trabajar, que soy Yo quien los guía en todo.

Mi Plan final ya está en cada uno de vosotros los que Me servís. Tú reconocerás a tus hermanos en Dios, con solo mirar a su trabajo. Los mentirosos y los imitadores TRATARAN EN VANO haceros creer que ellos son guiados por Mí. No los juzguéis. Ellos mismos vendrán, arrepentidos, a pedirMe Perdón por esta falta. Sí, no los juzguéis, eso pertenece a Dios que es vuestro Único Juez.

Informad a todos los que os siguen que vayan inmediatamente con sus amigos Sacerdotes, para que se decidan a unírseles. Mi Fuerza creadora y constructiva está en Mis Sacerdotes: ellos deben manifestar Mi Santa Voluntad en todo lugar y delante de toda la gente. Que no tengan ningún miedo de sus Prelados, porque también ellos, por su parte, serán tocados: Yo Mismo Me les apareceré, aún en el sueño.

La Iglesia reencontrará su prestigio, su esplendor al servirMe y al honrar a Mi Santa Madre. Que ellos se acuerden de esto: su caída fue provocada por la falta de Confianza en Dios y en Su Santa Madre. Mi orden es una súplica: ¡devolved la Iglesia a JESUCRISTO y a Su Madre Santísima! Vosotros debéis proclamar el Triunfo de MARIA y Mi Venida Gloriosa y ¡Dios hará el resto! Yo Mismo os bendigo por esta intervención, que debéis colocar en el primer lugar de Mis Santas Instrucciones, la Iglesia en primer lugar.

Tú no debes dudar de la grandeza de lo que Yo pongo en tus manos. El más pequeñito instrumento es, para Dios, Su elección: la miseria del Mundo debe ser elevada por la miseria que Yo escogí. Enferma, carente de fuerza humana, ella sabe que el Sufrimiento y el Amor han sido la apreciable porción de su Salvador; ella no puede traicionarMe, y Mi Palabra, en su boca, resonará. Tal es Mi elección. † Amén.

¡No tengas miedo de nada!

Tu Dios, JESUCRISTO.