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10 de agosto de 2005 - San Lorenzo
JNSR: Dios Mío, no me abandonéis, ¿qué debo hacer? ¿Esperar? O ir
¿dónde?
JESUS: Yo te di la salud. Es para prepararte; es importante
que veas las cosas progresivamente, pero sin descanso. El Tiempo se precipita. Yo Mismo te guiaré. Es precisamente el
Cielo el que está contigo. No te
desanimes, acércate siempre a Mí. Aquél o aquella que Yo te doy, se
conformarán con Mi pedido. Ellos mismos
lo sabrán. Y tú los verás coincidir contigo en la medida en que Yo lo
desee. No es a ti a quien corresponde decidir, ni a nadie. Yo tengo entre manos
lo que tú vas a hacer. Yo Mismo lo habré programado, y tú no harás sino lo que
Yo ya he preparado para ti y para quienes te siguen. Yo ya te lo he dicho: todo te será dado y, sobre todo, no dejes de venir a Mí. Yo tengo que
seguir instruyéndote. Pueden darse otras circunstancias, pero tú no te limites
por ello. Mi Plan debe realizarse tal
como Yo lo concibo. Nadie debe guiarte. Haz lo que Yo te diga, porque Yo
estoy en tu pensamiento, tú haces Mi Voluntad.
Las intervenciones del Mal seguirán en el Norte de
Francia. Disponeos a defender París con
Mis Cruces de Amor.
El metro debe ser vigilado, lo que ellos van a
intentar fallará. Mi Santa Madre os
protege. ¿Cuándo Le iréis a prestar el Homenaje que Le es debido? Mi Padre espera por ese momento, para
hacer Justicia a aquellos que se oponen a Mi
Paz en el Mundo.
Mi Reino será marcado por el TRIUNFO de Mi Santa
Madre,
ESCRIBE: Yo soy
No te inquietes: en breve, a la vista de todos Mis
Milagros, ellos creerán, pero vais a
sufrir aún, y todavía más los que dudan, porque ya tienen todo en sus manos
para creer en Mí.
Ellos conocen Mi Verdad: Yo tengo que venir, tengo que reinar, para
poner en su debido lugar lo que ellos mismos han destruido y desordenado, Mi Justicia, Mi Paz en el Mundo entero.
Mi Amor, ellos lo hicieron desaparecer, o antes, ha
sido sustituido por el Poder y por el malvado Dinero que caerá hasta el momento en que Mi Reino llegue a esta Tierra.
Este Dinero es furtivo y navega de
una caja a otra y en breve no será sino representativo,
nada será sólido, nada tendrá el peso correspondiente a su verdadero valor: ¡papel, nada más que papel!...
En efecto, como el agua que os es tan necesaria se
escurre de las fuentes y de los pozos para
huir de vosotros, así a este dinero, su verdadero valor se le escapará
constantemente en todos los sistemas bancarios mundiales. Los pequeños se alegrarán: conoceréis entonces
Sí, he aquí los
nuevos
† JESUS, MARIA
Los Dos Sagrados Corazones Unidos
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