EL BIEN Y EL
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22 de julio de 2005 - Santa María Magdalena
JNSR: ¿Podréis venir a mí, Señor JESUS, para
hablarnos?
JESUS: No dejéis la prisión sin auxilios. Vosotros estáis
ligados unos a otros y el Mundo espera por Mi Palabra. Manteneos unidos.
Informad a Mi Pueblo. Yo deseo que Mi Pueblo reciba el rocío que envío sobre
cada uno, para mantener vuestras almas tan frescas como las rosas de Mi Jardín (1).
Tened Coraje. Con valor y perseverancia debéis seguir recibiendo y propagando
esta difusión. El maná del cielo puede alimentar a todo Mi Pueblo. El Tiempo se precipita. Ahora todo
sucede al mismo tiempo.
El Bien se mantiene todavía escondido a vuestros ojos.
El Mal está en ascenso, porque siente que
su fin es inminente. Su “victoria”
está programada para pronto y él ya la está saboreando. Pero, antes de que ella
llegue, todas las fuerzas del Bien caerán sobre él; como en una red invisible,
él se debatirá y, en ese momento, Dios será el Vencedor. La pureza virginal de
Las demoliciones del Mal - y la construcción del Bien.
El fin de este Tiempo - y el comienzo de un Día Nuevo.
El fin del Mal - y el Reino de Dios, en la tierra.
El fin de la oscuridad - y los ojos abriéndose a
Veréis grandes cosas, todos los que Me esperáis.
He aquí que Yo vengo. Amén.
Ven, Señor JESUS, † Amén.
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(1)El Jardín de Dios.
El Jardín de JESUS está lleno de flores
bellas y frescas con el perfume cautivante del Cielo: “Amor, Fidelidad, Alegría”. Santa MARIA las acaricia todos los
días. Su amorosa mano las ayuda a avanzar en el Espíritu de Dios, al encuentro
de Aquél que es el Padre, Hijo y Espíritu Santo. Llamad a