MI SUFRIMIENTO DE AMOR

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19 de julio de 2005.

 

JESUS: Entrad en el dolor de Mi Santa Madre, a los pies de Mi Cruz de Amor. Su Sufrimiento iluminaba Sus miembros e invadía todo Su cuerpo.

Mi dulce paloma Se sentía abatida delante de Mi Santa Cruz, invadida por dolores insoportables. Para una Mamá tan buena y tan perfecta, ver a Su Único hijo morir ante Sus ojos con atroces sufrimientos, era algo verdaderamente terrible. Ella no decía nada, sólo Sus Lágrimas os respondían. ¿Qué pensaría Ella, la Santa Madre de Dios? De rodillas, a los pies de Mi Santa Cruz, Mi dulce Mamá Me recibió en Sus brazos. Ella Me adora y, por Mí, adora a la Santísima Trinidad Comprended todos los que volvéis a ver esta escena lo que es Mi Sufrimiento de Amor:

 

Una ofrenda Santa hecha a Dios por la Salvación del Mundo.

 

El Sufrimiento de Amor es un Don hecho por Dios y recibido por Dios, porque es vivido en Dios y ofrecido por las intenciones de Dios.

Ofrecer un sufrimiento, por sí solo, es ofrecer tan solo un envoltorio vacío; falta el ramillete de rosas perfumadas que está dentro de él. Acompañad vuestro sufrimiento con una ofrenda de Amor. No dejéis que semejante riqueza se seque como la higuera estéril, sin frutos. Dios os da la posibilidad de tocar Su Divino Corazón, uniéndoSe a vosotros por el dolor del Divino Crucificado de Amor y de la Santa Madre de los Dolores. Todos los sufrimientos, todos los dolores están unidos a los sufrimientos de Jesús y de María en la Santa Cruz, el día en que el propio JESUS abolió la Muerte, en el Monte del Gólgota.

Ofreced vuestros sufrimientos a Dios, al recibir, unida a Dios, Mi Santa Eucaristía; así, Yo ESTOY en vosotros.

OfrecedMe, entonces, vuestro sufrimiento junto a  vuestras intenciones.

 

Cuando rezáis el Santo Rosario, estáis unidos a Nuestra Señora del Santísimo Rosario. Con el ofrecimiento de vuestros dolores, Nuestra Madre Santísima llevará Su Auxilio al hijo que vosotros Le nombréis. No os olvidéis nunca de que Dios tiene necesidad de vuestros dones de Amor para salvar a esas almas en peligro o en sufrimiento y que muchas veces vuestras oraciones con vuestros sufrimientos y Mi Santa Eucaristía con vuestros sufrimientos van justamente al encuentro de Mis almas más desheredadas y despojadas, y que vosotros mismos os beneficiáis, en compensación, con las gracias que Yo concedo al alma que Yo salvo, porque ella misma rezará en el Cielo por su benefactor. Vosotros seréis salvados los unos por los otros.

Ofreced vuestros sufrimientos por las intenciones de JESUS y de MARIA, que conocen muy bien las necesidades de Sus almas † Amén.

 

JESUS y MARIA

En la Santísima Trinidad de Amor.