NO HAGÁIS PRONÓSTICOS

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14 de mayo de 2005 - San Matías

 

JNSR:   Mi Dulce JESUS, ¿desearíais anunciar Vuestra Palabra a Vuestros hijos? Yo Os agradezco que de buen agrado queráis venir a mí. Bendito seáis, Señor.

 

JESUS: Yo tengo que deciros aún muchas cosas. En primer lugar, agradece en Mi Nombre a todos los que, llamados a seguirMe, no han dudado en entrar en el Camino. Todos ellos saben que venir a Mí no exige esfuerzo adicional alguno, porque Yo soy esa Fuerza, mas es necesario que ellos no desistan de su voluntad personal o mejor, de hacerla penetrar voluntariamente en Mi Santa Voluntad. Entonces, el propio Espíritu Santo Se encargará de todo lo que les es necesario para seguir Mi Camino.

            Tú sabes muy bien que hay lugares, días en los que no oirás Mi Palabra; pero la marcha continúa: Mi Espíritu os guía y todo sigue realizándose como Yo lo deseo, porque el Espíritu os habla. El Mismo habla en vosotros.

            Nada de lo que Dios hace es autoritario o pesado. Todo se realiza en vosotros y fuera de vosotros con la Mansedumbre y la Humildad de vuestro Señor. Todo este trabajo está lleno de Alegría y viene de la Santa Voluntad de Dios.

            Yo dirijo el Plan de Dios, sin dejar rastro de lo que se hace día a día. El Enemigo no ve a Dios avanzar y no Le verá, a no ser cuando todo Mi Plan esté completamente concebido y cuando sea la Hora. Ese “momento” se aproxima insensiblemente, tiene su debido lugar.

            La estrategia es tal que, cuando todo comience, ya será el fin. Dios lo puede todo. Y es por eso que vosotros no conocéis aún, ni el Día, ni la Hora. Es inútil que hagáis pronósticos.

            Vosotros no podéis medir, ni el tiempo, ni el espacio: esos límites, sólo Dios los conoce. El Tiempo del Espíritu Santo regresa.

            Como para los Apóstoles y para MARIA, es Pentecostés, Día memorable, tanto para la Iglesia como para los Cristianos. Los creyentes viven en la expectativa. Muchos se apoderarán de esta Gracia, para guardarla en su corazón y vivir de ella en la Esperanza y Expectativa del Día de vuestra Liberación.