LA EVANGELIZACIÓN POR LAS ONDAS

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30 de abril de 2005 - San Pío V

 

 

JNSR:   Señor, Vos me habéis dicho siempre que, cuando me hablabais, era como si os oyese por las ondas. Y yo comprendí que, para recibir Vuestra Palabra, yo era como un receptor, un instrumento que la podría captar. Y cuando Vos quisisteis que ella fuese difundida por todas partes, Vos Mismo habéis escogido a un joven de gran competencia en informática. Fue él mismo, Alain, quien me propuso colocar en Internet los Mensajes que recibo. Debido al interés y entusiasmo que él le daba a una difusión de tal amplitud, yo tuve miedo, porque vi el desastre que podían provocar las malas ondas a todos los hijos del mundo.

            JESUS, Vos me dijisteis entonces: “Fui Yo quien os escogí, invadid las ondas con Mi Amor”. Sois Vos, Señor, que movilizáis y que Os servís de Vuestros Obreros al servicio de Vuestra Santa Venida.

            Alain me describió este medio, Internet, como el mejor para llevar el Mensaje de Cristo-Amor hasta los confines del Mundo y en todas las lenguas de la Tierra. Los bien dispuestos se presentaron inmediatamente para servir a Dios. Tradujeron los Mensajes, en italiano, español, portugués, alemán, holandés, rumano; y en breve estarán también traducidos en polaco y chino.

            Sólo Dios podría reunir todos estos Sus hijos hacia Sí, a fin de ofrecerLe sus cuidados y su inteligencia al servicio de esta Cadena de Amor. Señor JESUCRISTO, cuando ponemos toda nuestra confianza en Vos, jamás quedamos decepcionados. Es Vuestra Grandeza la que toma lugar en nuestros corazones. Vos Mismo les ampliáis a la medida de Vuestra Santa Gracia, que nosotros terminamos por recibir en abundancia. Para realizar tan maravillosa tarea, Vuestra Santa Bendición pasa a ser, en nosotros, Vuestra propia aprobación y nosotros recibimos entonces Vuestra Fuerza, para cumplir hasta el fin Vuestra Santa Voluntad. ¡GRACIAS, mi Dios de Amor!

 

JESUS: Yo os muestro Mi Camino. El está en Mi Palabra, dada y transmitida por las ondas de Amor. Aquellos que la oyeren, aquellos que la leyeren, aquellos que la llevaren a todas partes, todos ellos habrán comprendido que hoy Dios Se sirve de todos los medios de comunicación, a fin de que se realice la Evangelización del Mundo. Ya no hay huérfanos, ya no hay ignorantes. Desde el más joven al más anciano, todos los hijos del mundo deben saber que tienen en el Cielo un Padre maravilloso que los ama y que vela por cada uno de ellos. El Mismo os abre Sus brazos, El os aguarda, para daros, ya en este mundo, lo mejor de Sí Mismo: Su Amor inagotable que se encuentra en Su Hijo JESUCRISTO, quien os dio Su Vida en Su Cruz de Amor, para que aquél que crea en El tenga Su Vida en plenitud.

            Sed diligentes, no retardéis el crecimiento de Mi información: es el pequeño grano de Amor-Alegría que Yo Mismo introduzco en cada corazón. Haceos tierra fértil, para que ese pequeño granito crezca bien derechito, para dar muchos frutos.

            Yo siempre estaré con vosotros a lo largo de toda esta Evangelización, que se hará como ninguna otra fue hecha hasta este día. Como un inmenso cilindro eléctrico, ella deslumbrará por todas partes. Yo amo a Mis hijos, de todas las razas, de todas partes.

            Nadie resistirá al Amor de Aquél que es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Todos vosotros seréis llamados a seguirMe, porque Yo soy vuestro Dios Único y Verdadero. Os será más fácil abrir vuestro corazón al Amor, que seguir al pie de la letra una religión sin Amor.

            Yo escogí primero a aquellos que Me oyen a través de las ondas. Yo Mismo los guío día y noche. Ellos están unidos a Mi Santa Cruz. Mi Espíritu Santo vela por ellos, porque han recibido el Don supremo de Mi Amor: Mi Santa Cruz y Mi Corona de Espinas. Ellos hablan sin temor, donde quiera que se encuentren. Lo que debéis apreciar en ellos no es el valor, sino simplemente la Fe que mueve montañas y vuelca el orgullo, al punto de lanzarlo por tierra; en verdad, la Santa Humildad de Mi Dulce Madre está en ellos; es la gran Prenda de María Santísima, Hija, Madre y Esposa de Dios Tres Veces Santo.

            A todos vosotros, los Benditos de Mi Padre: si estáis dispuestos a ayudar a vuestro Dios en esta grande y última fase de Mi Evangelización mundial, entonces, invadid las ondas, hacedlas llevar Mi Palabra salvadora. Movilizad en todas partes los aparatos de transmisión del sonido y de la imagen. Dios no debe permanecer más tiempo desconocido.

            Fui Yo quien os di la posibilidad de inventar todos esos instrumentos portadores de ondas e imágenes, pantallas de televisión, cine, video, radio, toda la informática, para la buena Causa. Si vosotros consiguieseis tomar semejante fortaleza, entonces podréis decir que lograsteis combatir las malas ondas, que tienen saturados, hasta el presente, los cerebros de los jóvenes y de los menos jóvenes, atiborrando, con esas ondas malas y diabólicas que no han hecho más que pervertir con la violencia y la pornografía, a este pobre mundo ocioso e inactivo.

            Sed valerosos y felices por haber sido escogidos para combatir el MAL. San Miguel y Su Victorioso Ejército os acompañan en esta misión.  El Pérfido conocía aun antes que vosotros la posibilidad de utilizar las ondas, para su provecho. Aprovechando ahora las ondas para el Servicio de Dios, vosotros trabajáis para la Gloria de Dios y la Salvación del Mundo.

            Y entonces, vosotros mismos haréis retroceder hasta los Abismos el Infierno, que quiere apoderarse de vuestra Tierra entera. En esta Tierra vuestra, el propio Infierno retrocederá como un cobarde, delante del Ejército Invencible de Cristo JESUS, de MARIA Santísima y de San Miguel Arcángel.

            Agitad la Bandera de los Dos Sagrados Corazones Unidos, portadora de la Santa Cruz y decid, bien alto, estas Palabras: “Por la Señal de la Cruz, nosotros venceremos”, porque este combate es el de Dios y de la Bienaventurada Virgen MARIA. Este combate es también el de los hijos de Dios contra el MAL.

 

Todos unidos, atrás de la Santa Cruz de vuestro Salvador.

Vuestro Señor JESUCRISTO.