ESCOGED INMEDIATAMENTE

Y PEDID A DIOS QUE SALVE AL MUNDO

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18 de abril de 2005.

 

 

JESUS: Hija Mía, propaga Mi Palabra. En toda esta tierra, vosotros debéis transmitirla, luego de que Yo os la dé en vuestro corazón. No te ofendas si no te quieren oír: ella regresará a ti con más fuerza aún, para que la des en otro lugar.

            Si Mi Fuente de Agua Viva es sofocada por piedras infames o viles, ella misma va a fluir al lado y muchas veces más lejos, porque ha sido llamada a formar grandes ríos que van a saciar a muchos Países que tienen sed de Mi Palabra de Vida.

            No temas nada. Continúa transmitiendo Mi Palabra. Ella es Don de Dios, como todo lo que Yo os doy diariamente para vuestro bienestar. El que busca preferentemente para sí mismo, a veces hasta el despilfarro, no será recompensado en el Cielo de Dios: ya tuvo su recompensa en la Tierra. Mientras que aquél que da, de lo que le es necesario, al hermano que tiene hambre y sed, Dios, que lo ve todo, le provee El Mismo en sus necesidades y Yo le preparo un lugar en Mi Reino. Será la suma de todas vuestras buenas obras y acciones, realizadas por Amor a Dios y al prójimo, durante toda vuestra vida terrestre, la que os asegurará un lugar en el Cielo del Altísimo.

 

Yo os lo digo en Verdad: aquél que dio todo

 sin darse a sí mismo no Me ha dado nada.

 

            El Poder de Mi Iglesia debe consistir en lo Espiritual. Hoy, en la encrucijada de los caminos, ella se estanca todavía en lo temporal, transigiendo con la ley de los hombres y las cosas materiales. La Iglesia no busca, en su Fe religiosa, los verdaderos valores que son las verdades esenciales, porque NADA puede ser más maravilloso que Dios y los Dones de Dios. Las Gracias de conversión y de sanación, ella misma debe reunirlas y conferirlas a quienes Yo asocio a Mi Santa Gloria.

            Los Santos de hoy todavía siguen siendo desconocidos, o más bien, no reconocidos por la Iglesia de la tierra; y sin embargo ellos son verdaderos, con un verdadero valor. Aunque Yo reconozca su Santidad, es siempre por obediencia a la Iglesia que en el Cielo, delante del Eterno, ellos aguardan su decisión. Basta un sello oficial para certificar, lo que Dios ya sabe, “que en razón de su vida ejemplar toda entregada a Dios y a sus hermanos -a Imitación de Jesucristo- la Iglesia los canoniza ante el Pueblo de Dios”. Dios siempre ha respetado a Su Iglesia y la ha hecho pasar frente a El. La Paciencia de Dios no tiene límites. Dios ESPERA…los Santos de hoy se confunden con la multitud.

            Son los grandes misioneros que van hasta los confines de la Tierra. Sus equipajes no son visibles: en su espíritu están todas las enseñanzas de la Sagrada Escritura. Su corazón es un libro sagrado que encierra los más sublimes valores: el Amor de Dios y la renuncia de si mismos en provecho del prójimo

La imagen de su persona radiante de Amor ya es suficiente para evangelizar los Pueblos. Todo lo Divino está en ellos. Ellos son los Sagrarios vivos, ambulantes, que irradian sobre el Mundo, que llevan a JESUCRISTO y a Su Madre Santísima hasta los confines de la Tierra con el Coraje de su Fe. Cada uno de ellos tiene este Don inestimable, que recibieron de su Dios Misericordioso: el Amor que se comparte.

En Mi Amor, vosotros descubriréis todas las riquezas de Dios. Con Su Palabra, Dios hizo el Mundo. Si Dios lo hizo tan bello, con sus cuantiosos recursos, con sus inagotables riquezas, fue para que él estuviese a la altura de Mi Amor por vosotros.

            Por el Amor de MARIA, Mi Madre Santísima, Yo os di a vuestro Papa bienamado, Juan Pablo II. Es el hijo escogido para este tiempo, para haceros descubrir el Amor de la Santísima Trinidad y el Amor de la Bienamada Mamá de vuestro Señor JESUS: vuestra Mamá del Cielo, Santa MARIA toda Pura. La Sonrisa de Dios está en Ella.

            Nuestro Papa Juan Pablo vino a traeros Mi Santa Verdad en una hora en la que el Mundo ya no sabe escoger entre Dios o Satanás, para salir de esa oscuridad, de esa inmundicia que el pecado produjo y depositó en todas las cosas y en todos los lugares. Esa inmundicia que asfixia a toda la Humanidad, paralizando a todos los Países, en el comercio, en la industria, en la cultura, en todo el sistema médico.

 

En una palabra, vosotros mismos hicisteis detenerla Vida que Yo os di.

 

            Todo se paraliza, vosotros hicisteis parar todo, al instituir vuestras leyes de muerte, empobreciendo pueblos que ya estaban en necesidad, retirándoles su propia dignidad, el derecho de vivir, de saciar su hambre y de expresarse libremente. Y persistís en dar vida a vuestros proyectos de Muerte: la eutanasia, el aborto, las condenas de inocentes encerrados y bien seguros hasta su muerte.

            Cada vez más alteráis el Equilibrio del mundo. Y mientras, vuestro Papa bienamado se hacía el Vaso portador de Mi Amor y de Mi Paz, hasta los confines de la Tierra, los ingratos continuaban luchando contra Dios y Sus obras,

 

Mi tierra, vuestra Tierra Nutricia decidió parar para morir.

 

Ella quiere unirse a su Creador

para mostraros lo que significa el Lugar de la Vida

La Prenda de Dios es la Vida en Dios y la Tierra se rebela.

 

            En este tiempo de Confusión mundial, vuestro Papa Juan Pablo II, tal como su Modelo y Maestro, JESUCRISTO, ofreció su vida con su sufrimiento de Amor, para salvar la Creación de Dios.

 

“No hay Amor más grande que dar la  vida por aquellos a quienes se ama”.

 

            Vuestro Señor JESUCRISTO dio Su Vida en Su Cruz de Amor, después de haber sufrido Su Pasión para la Gloria del Padre y Salvación del Mundo. Mi hija bienamada, vuestro inolvidable Papa, Me dio su vida en su sufrimiento de Amor como exaltación del Amor del Hijo a Su Padre, a Nuestro Padre de los Cielos y para que el Padre Todopoderoso salve Su Creación con todas Sus criaturas.

            Sólo un gran Santo como vuestro Papa podría haber tenido la audacia de pedir a Dios esta Gracia, como Abraham lo hizo un día, para salvar Sodoma y Gomorra y tuvo, a pesar de todos sus esfuerzos, que someterse a la Voluntad de Dios; porque nada bueno había en esos lugares, todo desaparecería.

            Y Yo, vuestro PADRE y DIOS, Yo os pregunto: ¿Cómo vais a arrancar de Mi Corazón esta Gracia implorada por Mi hijo tan piadoso que aún hoy Me suplica en los Cielos? Escoged:

la Vida, en la Obediencia a Dios, o la Muerte eterna,

¡con el enemigo de Dios y de los hombres!

 

            Escoged INMEDIATAMENTE y pedid a Dios que salve al Mundo de su falta de Amor a Dios y a toda Su Creación. PEDID a vuestra Madre Santísima. PEDID QUE DESCIENDA sobre vosotros el Espíritu Santo.

 

Vuestro Dios Eterno †

Amén.