33 AÑOS DESPUES, EL MENSAJE DE DOZULE SE REPITE

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28 de marzo de 2005.

 

JESUS: Felices aquellos que, llamados, Me siguieren.

            Felices de vosotros, si creéis que Mi Cruz Gloriosa, o la Señal del Hijo del Hombre, es el anuncio del próximo Regreso en Gloria de JESUS Resucitado.

            Felices de vosotros, si creéis que, después de estos días de amargura, aparecerá en el Cielo el propio Hijo del Hombre con una gran Majestad y un Gran Poder, para reunir a los Elegidos desde los cuatro extremos de la Tierra.

            Alegraos, porque está próximo el tiempo en que el Hijo del Hombre regresará en Gloria.

Será por esa Cruz levantada sobre el Mundo

que las Naciones serán salvadas.

 

            Todos aquellos que, llenos de Confianza, vinieren a arrepentirse junto a ella, serán salvados en esta vida y por toda la Eternidad.

            Para dar a conocer esta Señal del Hijo del Hombre y ser fieles a Mi pedido, Yo Mismo pedí millares de Cruces en el mundo, a la centésima parte de Mi gran Cruz Gloriosa. Ellas mismas tienen Mi Gloria.

            Si yo dije en Dozulé que el Mensaje dado a Magdalena no era una revelación privada, sino un Aviso para el Mundo entero, para las Naciones, para el Jefe de las Iglesias, para la Iglesia, es justamente porque no se trata de un asunto para una sola diócesis, ni siquiera para la Iglesia de Francia, o tan solo para la Iglesia Romana.

            El Acontecimiento tiene una triple dimensión, excepcional por su gravedad, por su universalidad, por la urgencia que le atribuye vuestro propio Señor JESUCRISTO.

            En Verdad, Yo os lo digo: el Cielo y la Tierra pasarán, pero Mis Palabras jamás pasarán. Si el hombre no levanta la Cruz pedida en Dozulé, ya no habrá Tiempo.

            En este día 28 de marzo de 2005, el Mensaje de Dozulé os anuncia que, desde la primera aparición de la Cruz en el cielo de Dozulé, han pasado ya 33 años. Cuando, en Mi Santa Cruz, la Muerte me vino a fulminar, Yo tenía 33 años. El Apocalipsis fue anunciado por San Juan que declara, en sus palabras proféticas, que nadie añada cosa alguna, porque el propio Dios lo sobrecargará con todos los flagelos descritos en este Libro; y quien ose suprimir algo de las Palabras de este Libro, el propio Dios suprimirá su parte del Árbol de la Vida y de la Ciudad Santa, descritas en este Libro.

Sí, ¡Mi Regreso está próximo! Amén, ¡ven Señor JESUS!

 

Este Mensaje de anuncio, lo uní Yo Mismo a Mi Santa Muerte en la Cruz y al Anuncio hecho a Mi Madre por el Ángel Gabriel. Es la Anunciación.

Desde la concepción de un hijo, hasta su muerte, en la Tierra de los hombres, Dios vive en él y la Resurrección de este hijo es la continuidad de su vida con su Dios, en Mi Vida Eterna.

El Mensaje de Dozulé os dice respecto a todos.

Es el Viviente quien os habla:

“He aquí que Yo vengo”, Amén, ¡ven Señor JESUS!

No toquéis ni una sola Palabra de la Biblia.

Vuestro Dios Salvador,

JESUCRISTO.