Ofreced al Padre Buenėsimo
todas vuestras penas
y dolores
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2 de Febrero del 2005
- Presentaciōn del Seņor
JESUS: Escribe. Escribe,
hija Mėa. No es porque tu estčs en un hospital y en el sufrimiento que Yo no quiero
ya hablarte ni que tu no me escucharās mās. Al contrario, en las Cruces de
todos los enfermos, sobre todo en las noches de desesperaciōn donde la
enfermedad se hace un pulpo que invade el cuerpo y el espėritu, tu, transforma
estos dolores en gritos de agradecimiento hacia Dios que viene a visitar a Sus
hijos.
Sč siempre la que Yo he escogido en Mi Cruz de Dolores, Mi Santa Cruz que
difunde Mi Amor en este Mundo inquieto que tarda en volver a Mė. Todo es
ofrenda cuando el sufrimiento pasa por el
tamiz de Mi Amor que purifica esta semilla hasta hacerse granos de oro puro que ayudarān a este Mundo a hacerse un Mundo Nuevo al pasar
por la Gran Purificaciōn final, la que harā decir:
"Este Mundo se asemeja al
Cielo. Como esta Tierra ha podido tomar el brillo de los Cielos?."
Este Cielo donde Dios vive con MARIA, la Madre Toda Pura y esta inmensa
corte celestial, estos ciudadanos del Cielo de Gloria, donde las almas de los
fieles viven en la santa compaņėa de los Santos del Cielo, de los dulces
Angeles, de todos los llamados venidos en los siglos pasados para formar la
Corona de Gloria de los Cielos Nuevos. Y todos piden al Padre Todopoderoso:
"Padre! Ten piedad de esta
Tierra que Tu has formado con Tu Santa Palabra. Este Verbo que no se ha
rebelado jamās, este Verbo Santėsimo, concebido de Tu Espėritu Santo, que ha
tomado Carne de la Purėsima Virgen MARIA. Este Verbo obediente que ha tomado
todos vuestros pecados, del primer hombre hasta el ųltimo que se encontrarā
todavėa de pie cuando la ųltima Trompeta harā resonar en la inmensidad infinita
el sonido final de Tu Llamado tres veces Santo.
Oh Padre! Por el Nombre Bendito
de Tu Hijo Amado, reflejo de Tu Adorable Divinidad, que vive en Ti en Tu Alfa y
Omega, El que por Amor a Ti, Su Divino Padre, ha querido unirse a todos Tus
hijos creados en Tu Amor de Padre de los Cielos y que ninguno se pierda, ha
querido morir en Su Cruz para merecer a todos y cada uno esta parte de Vida
Eterna, Vida en el Reino del Padre de toda Bondad que Solo el Hijo nacido del
Espėritu, habiendo tomado Carne de la Virgen MARIA, podėa dar en Su Cruz de
Amor.
Asė como Gloria al Santo Nombre
del Padre Eterno y la vida de esta Tierra Nueva y de estos Cielos Nuevos que
les esperan".
Que vosotros todos esperčis despučs de la Gran Purificaciōn final de los
hombres y de su Tierra.
MARIA: Esta noche, hija Mėa,
como no repasar todas las Palab que yo te he dado para comprender lo que iba a
ser la Tierra de los hombres que han rechazado la Mano de Dios.
JNSR.: Hace ya un poco mās de 6
aņos, una maņana la Santėsima Virgen
me dijo: Barro, en todas partes
barro, por las ventanas,
por las puertas, en las casas, por todas partes čl arrastra
todo
a su paso. Yo oė estas palabras del Cielo en el corredor
de mi apartamento. La
Madre de Dios me condujo entonces hacia la ventana
de la cocina de donde
se advierte al frente una
pequeņa montaņa. Ella
sigue hablāndome: Huid de
las montaņas, huid de las riberas. De repente la montaņa
se desplaza. Yo la
miro sin temor y aun sin sorpresa.
Yo estaba impasible. Esta pequeņa montaņa se agrandaba,
despojāndose
de sus ārboles, sobre
todo de los abetos que hacėan nuestra alegrėa cuando se cubrėan de nieve en
invierno. Era māgica. Pero allė, en este momento, ella estaba adornada de un
cčsped verde, luminoso, y la montaņa se adelanta hasta el balcōn. Si yo abrėa la ventana, yo podrėa tocarla con la mano. Pero yo no me
muevo, yo miro todo este trastorno sin siquiera
reaccionar. Yo estoy en este ambiente. La montaņa avanza, se detiene ahė, delante de
mė como si quisiera verme. Y la Madre de Dios me repite las palabras: Huid de
las montaņas, huid de las riberas. La montaņa hace agitarse su cčsped y vuelve
a tomar su lugar mientras se recubre de sus ārboles todavėa bien llenos de
vida. Era hace 6 aņos de esto, yo lo recuerdo, repaso todo como si fuera hoy.
La Santa Madre de Dios me dijo:
MARIA: Yo te he enseņado a no tener temor delante de los
acontecimientos, solamente a comprenderlos. Las montaņas cambiaran de
ornamento. Como un niņo ellas se vestirān de nuevo y rechazarān sus viejos
vestidos. Ellas se despiertan despučs de la tormenta. Ellas se han movido,
sacudiendo su manto, rechazando lo que hacėa su encanto, los ārboles
centenarios. Por esto no conviene permanecer cerca de ellas, porque sus
conmociones les harān bramar abriendo hasta sus entraņas. Una montaņa que
vomita une su grito al fuego, al viento fuerte y al agua, de ahė el barro que
se expande en todas partes. A veces la corriente puede ser de fuego. Todo alumbramiento, aun de la naturaleza, no
puede hacerse en el silencio. Los montes bramarān con el mismo dolor que un
ser que da la vida.
La vida nueva es un cambio de formas, de colores. Y, naturalmente de
estaciones. Se puede asistir a este alumbramiento, pero de lejos y mejor es no
mirar. Un cuadro se ve mejor cuando estā acabado que en pleno trabajo, el
taller esta lleno de pinturas, dejad al Artista en su trabajo.
Sera lo mismo para las riberas. El encaje de los lados cambiara. Algunas
islas se agrandaran, otras desapareceran o se achicaran. Yo te he dicho: Huid,
huid!. Dios estā trabajando. El Maestro de Obra os
pide obedecer, alejaos, no lo miréis.
Le falta la Obediencia al primer hombre, Adān. El fue arrojado del Paraėso
a causa de su pecado de desobediencia. Los hombres de hoy han comenzado a dar
la seņal de este cambio a causa de su orgullo desmesurado, de su falta de
Respeto hacia su Creador, de su desobediencia a todas las Leyes de las cuales
la mās importante es esta: Amarās a tu
Dios por sobre todo, con todo tu corazōn, con todas tus fuerzas y a tu prōjimo
como a ti mismo.
Penitencia! Penitencia! Vosotros habčis rechazado a Dios y Su Ley.
Puesto que vosotros
habčis despreciado todos Mis consejos
y no habčis hecho caso de mi exhortaciōn,
tambičn Yo me reirč de vuestra
desgracia,
me burlarč cuando llegue
vuestro espanto...
Cuando la prueba y la
angustia os llegue como torbellino,
entonces me llamarān y no
responderč.
Me buscarān y no me
encontrarān (Pr 1, 25 28).
EL PADRE: Los hombres (como MARIA, la Todo
Pura), debėan asistir a la metamorfosis de la
naturaleza, a la creaciōn de la Nueva Tierra. Yo les habrėa llevado conmigo
porque Yo preveėa ya un cambio en su actitud. Pero el Mundo se ha recubierto de
vergüenza ante los ojos del Padre que no puede soportar mās su ingratitud para
con El. El pecado cubre el Mundo como un musgo que se ha superpuesto en varias
capas. Yo no veo sino una Tierra sucia y los hombres se han vuelto como gusanos
que la recorren de abajo a arriba y de un lado a otro, sin dejar ningųn lugar
para la Bondad y el Reparto de los Bienes de Dios. Ellos hormiguean, ensuciando
todo lo que hace la Alegrėa de Mis ojos. Yo os he creado a imagen de Mi
Hijo para ser de la Belleza de Su Ser, ligero, dulce, lleno de Humildad hacia
El que es Dios el Padre. El es Dios, por que es tan respetuoso? Comprended que
si es Dios respetuoso para con El mismo,
cuanto mās el hombre deberėa ser respetuoso para con sus hermanos los hombres,
y cuānto mās estos deberėan ser para con Dios, su Creador.
El barro de los pecados se acerca al de
los montes que se destruyen bajo la presiōn de las aguas que los corroen
interiormente. Vuestros pecados contra vuestro Creador, la Humanidad y la
Naturaleza, vienen a corroer todos los cimientos de vuestra Tierra. Las bases
estān carcomidas por todos los asaltos del Mal que vosotros habčis hecho Rey en
vuestra vida.
Vosotros no tenčis ya respeto por los niņos vėctimas de vuestros vicios, ni
por el anciano y el enfermo a quienes rechazais por su improductividad. La
religiōn que vosotros practicāis es la del Poder y del Dinero.
Poco a poco, el hombre se glorifica hasta tomarse por Dios. El toma la
decisiōn de vida o de muerte sobre todo ser dčbil e inųtil para la sociedad que
recibe con alegrėa las ōrdenes de estos
nuevos creadores de desorden que
votan y ejecutan estas podredumbres de nuevas leyes. Tal como fue puesto en
camino la ejecuciōn de esos millones de Judėos, ajenos a esa nueva constituciōn
de verdugos de la Humanidad cuyo jefe se llama čl mismo el dios de esta čpoca. Es uno de los Anticristos que fue el mās
temible.
Vosotros hablāis de los rōtulos murales donde estān escritos los nombres de
esos mārtires a fin de que nada tan criminal se renueve, que nada de esa gran
Masacre caiga en el olvido. Vosotros
tenčis una nueva Shoah delante de vuestros ojos y vosotros no la veis, no
la tomāis en cuenta y ella existe. Ella es para todos Mis hijos, cubre toda la
extensiōn de la Tierra. Y el Cielo en lāgrimas os pide luchar para que ella
desaparezca para siempre, por los siglos de los siglos futuros. Amčn.
El dios de esta čpoca, es el hombre de Poder. Yo os dirč mejor: todos los
hombres de Poder, casi todos inhumanos, comprenden que ellos son una Fuerza y
que es el momento de enviar a la muerte a Dios Mismo. Muchos de entre ellos se
ocultan detrās de una falsa identidad. Ellos estān en Mi Iglesia, ellos se
codean con los pobres, se mezclan con la miseria de Mi Pueblo para poner buena
cara, pero nada sale de su corazōn que no hace sino estudiar cōmo dar el golpe final a la Iglesia de
JESUCRISTO, a los verdaderos fieles de la Santa Cruz del Hijo Bendito y del
Santo Rosario de la Madre de los Dolores.
Rezad el Santo Rosario, portad la Santa Cruz. Repazad los Misterios Dolorosos meditados por vuestro
Papa amado.
MARIA: Ahora, yo os digo, el corazōn amargo, por todas las heridas que se abren
en las Llagas de Mi Divino Hijo, ante el desorden que vosotros habéis creado,
no es la cōlera, no es todavėa menos un castigo el que sufrės, es realmente la
Misericordia de Dios que viene hacia Su Pueblo para liberarlo del pecado que le
oculta de su vista, que hace del pobre y del pequeņo un infiel y del rico un
prėncipe que merece todas las atenciones y honores.
Esta injusticia de la Humanidad, que olvida a su Dios, le cubre de
oprobios, agradeciendo la ayuda humanitaria por su eficacia, y no dirige a Dios
mās que palabras amargas: Que hace Dios
ante este cataclismo devastador?.
Recordad que Dios advierte siempre y que no es un Dios vengativo. Vosotros
sois niņos que juegan con la Verdad de Dios, que no tienen cuidado de Sus
advertencias en Dozulč donde Dios os previene de todo este mal que vosotros
desencadenāis al negarle, olvidando que El muriō en Su Cruz de Amor por vuestra
liberaciōn y para apaciguar la Cōlera del Padre que no podėa oponerse a cada
uno de Sus Atributos. Porque si Dios es Amor y Compasiōn, El es tambičn
Justicia en Su Misericordia.
JÉSUS : Vosotros debčis pasar por
todos estos trastornos que habčis desencadenado para saber lo que vosotros
acabāis de perder. No es sino a este
precio como Yo podrč obtener de cada uno de vosotros el Arrepentimiento y
concederos mi Perdōn.
Sabed que vosotros tenčis en la
mano
vuestra propia liberaciōn.
Dios es Amor,
Dios
es Perdōn.