San Juan, vuestro hermano
31 de Diciembre del 2004
San
Juan: "Mi hermana, ¿qué decirte
que tú no sepas ya por Dios mismo? El viene,
Sí, Yo soy San Juan, hermano de Cristo como se dice
entre nosotros: todos nosotros como hermanos. JESUS habla como antaño. Yo no te
diré sino lo que yo puedo decir. Nosotros estamos en espera de este viaje hacia
la Tierra de los hombres para aportar la ayuda que necesitaréis en último
lugar. El Plan de Dios está en Su Corazón.
Os hace falta compartir lo que vosotros necesitáis
saber. Permaneced sobre aviso. Los ataques del Mal vendrán de todas partes.
Reuníos con El que os ama más que todo, Dios el Padre. No lo olvidéis jamás. Sí, temed
sobre todo a los falsos profetas. Seguid los pasos de Cristo.
Tus queridos desaparecidos son felices cerca de
Dios, con todos nosotros. No llores. El Amor es el más bello regalo que Dios te
ha dado. Tu corazón está lleno de El. Da y tú estarás siempre llena del Don
de Dios que colma los corazones puros. Tu esposo está siempre orando por ti
y vuestros hijos. El es feliz de ver su amor vivo en este pequeño hijo que Dios
ha dado a su nuevo hijo. Este hijo será siempre muy recto en todo lo que hará.
El será la alegría de toda su familia, Antonio le guiará. Más tarde, enseñadle
quién es su abuelo y que él puede contar en él. Dile lo mismo a su padre. Dios
ama los corazones puros. Habladle de la Santa Madre de Dios.
Tú no sufrirás sino acá abajo.
El tiempo de la Redención de los tuyos, ves ya su cumplimiento más que en las
tres cuartas partes.
El Mundo está renaciendo. Su
sufrimiento toca ciertas partes del planeta más que otras. Pero el cuerpo no ha
salido todavía de las entrañas, es el alumbramiento y los dolores conmueven
todo el cuerpo. Haced el esfuerzo de creer que la vida de vuestro planeta está
en cada uno de vosotros. Entonces, unid vuestros esfuerzos para que la Tierra
Nueva aparezca con su belleza primera: el Paraíso que los hombres han
estropeado, descuidado, porque no lo han apreciado, no lo han amado en su justo
valor, porque es también la Tierra de Dios.
Comenzad por amaros los unos a los otros; sufrid los
unos por los otros. Compartid todas las cosas equitativamente.
Mirad a vuestro hermano antes de serviros la parte
más bella.
Dios ESTA en la limosna.
Todo está ahí:
La Verdad de Dios se encuentra
en el Amor.
Amad a Dios por sobre todo.
Vuestro hermano, San Juan de Dios †
†