La Inocencia triunfará del Mal
28 de Diciembre del 2004 - Los
Santos Inocentes
"J.N.S.R.": "Corazón Sagrado
de JESUS, yo tengo confianza y espero en Ti. Corazón Doloroso e Inmaculado de
MARIA, ruega por nosotros que recurrimos a Ti".
JESUS: "Esta nueva catástrofe que
se ha producido en Asia ha suscitado una vez más la urgencia de la Solidaridad,
ha suscitado una vez más el arranque de la Caridad. Os hace falta descubrir la
miseria del mundo, la pobreza de vida y hasta de supervivencia, entre estas
poblaciones lejanas para que, a través de estas tragedias espontáneas,
descubráis que sois todos hermanos. Que podéis ayudar, consolar al que sufre y
con vuestra ayuda, aportar víveres y alojamiento para estos nuevos sin abrigo
de vuestra sociedad moderna.
Durante este tiempo, los grandes Sabios están
preocupados en la búsqueda de una vida pasada. Ellos escrutan las estrellas,
las profundidades del cielo y de la tierra, felices de encontrar vestigios para
reconstruir lo que fue la vida anterior, mientras la urgencia está en otra
parte. ¡Cuando la Tierra se muere hoy día, de todas partes ella clama por
socorro! Estos hombres, cargados de inteligencia, no ven lo que les rodea.
Hija mía, diles: «Tú prójimo está ahí, al
alcance de tu vista, al alcance de tu mano. Tú no te preocupas de lo que llegan
a ser las poblaciones actuales y cómo desaparecen las islas, las ciudades y los
países. Acuérdate de tu Dios y de tu prójimo».
Yo, JESUS, Hijo de Dios, he dicho que todo lo que
vosotros hagáis al más pequeño entre vosotros, es a Mí
a quien lo hacéis. Vuestra recompensa será grande en el Cielo donde todo está
inscrito.
Los inocentes pagan con su vida
las faltas de los culpables. Vosotros debéis socorrer a vuestros hermanos
dándoles esta Riqueza que Yo he puesto en vosotros: vuestro Amor y vuestra
inteligencia que se abrirán para mejorar su existencia. Miradles vivir en estas
tierras quemadas que no pueden soportar las nuevas semillas desadaptadas a este
clima; ellas las rechazan carbonizadas. Queriendo cambiar su modo de vida, se
ha asfixiado a estas poblaciones. Debilitados, hambrientos desde la
infancia, estos pobres seres se mueren. Y qué decir de los desplazamientos de
poblaciones, esas hileras ininterrumpidas que huyen de estas tierras de
desolación, amenazadas por el hambre y las guerras que nacen en estos países
sin fuerza y sin defensa. Luchas mortíferas por apropiarse de las tierras.
El Poder está tan ciego como la Justicia de los grandes de este mundo. ¿A quién aprovecharán estas
conquistas, y por qué si, de un día para otro, todo debe desaparecer? Porque
todo en este mundo no es sino vanidad. Por eso, Yo os digo: En lugar de
amontonar fortunas y bienes materiales, esforzaos en hacer buenas obras,
socorred a los desdichados, poned a cubierto a los pobres, alimentad a los
hambrientos, cuidad de los enfermos, llorad con el que llora, esto le consolará
en su pena. Rezad a MARIA vuestra Mamá del Cielo, Ella vendrá en vuestra ayuda.
La Naturaleza se vuelve más y
más furiosa delante de las faltas cometidas contra Dios. Vosotros diréis que los
elementos son ciegos y se desencadenan no importa dónde y sin razón aparente. Hay una razón para todo esto: para Dios todo
hundimiento merece Reparación. Cuando el hombre ofende a los Atributos de Dios,
todo puede derrumbarse de un momento a otro: no se burla de Dios impunemente.
El Paraíso fue cerrado a todos los hombres a causa
del pecado de un solo hombre, primera criatura de Dios, que desobedeció a la
Palabra de Dios: éste fue el Pecado Original.
Yo, JESUCRISTO, el Hijo Unico de Dios, Verdadero
Dios y verdadero Hombre, he llevado a cabo la más grande Reparación que haya,
la que supera todas las cumbres del Universo: Por Mi Dios y Padre, y por la
Salvación del Mundo, Yo Me ofrecí como Víctima Expiatoria; Yo Me dejé clavar en
Mi Cruz de Amor, tomando en Mí, en Mi Ser Santo, todos los pecados del Mundo,
pasados, presentes y futuros. A este Precio solamente, Dios el Padre
Todopoderoso, abrió a todos los Arrepentidos, los que creen en el Sacrificio
Sublime de Su Hijo, las Puertas selladas de Su Reino Celestial.
Yo soy el Cordero de Dios, la Inocencia Reparadora
que ha dado Su Sangre en Su Santa Cruz. La Santa Eucaristía está aquí para
deciros: Seguidme, tomad y comed. Mi Sacrificio es siempre actual. Mi
Presencia Real está en vosotros.
Yo os he dado todo, y a cada uno la misma parte.
Vosotros tenéis Mi Carne, Mi Sangre, Mi Alma, Mi Divinidad. Vosotros tenéis
todo el Cielo en vosotros. Vosotros llegad a ser como Yo, Inocencia y Amor.
Tomad y Comed:
La Inocencia salvará al Mundo.
Dios les ha escogido, dice San Pablo (Col 1,
24–28): «Hermanos, yo me alegro en los sufrimientos que soporto por vosotros, y
completo en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo en favor de su
Cuerpo que es la Iglesia».
Cristo está en medio de
vosotros, El, la Esperanza de la Gloria.
En estos tiempos actuales, Dios ve que os volvéis
más y más indiferentes e irresponsables, hasta querer imitarle y hasta
superarle: algunos tienen por divisa ni Dios, ni Dueño. ¡Atención! Yo os digo:
llegados a este punto de no–retorno, solo la Inocencia puede compensar este
desorden. Pero si vosotros vais más lejos, Yo no podré ya detener la Mano de Mi
Padre.
Todavía desconocido hasta ahora,
un desequilibrio puede llegar de un momento a otro y esto sería mundial.
Vosotros sois como chacales en medio del desierto,
ladrando detrás de su presa. Vosotros clamáis para proclamar vuestros
derechos infectos, inmorales, contra–natura y contra Dios a quien debéis la
vida, vuestra vida. ¡Desorden cruel! Cómo podéis reparar esta falta sin precedentes,
la Traición contra el Señor de la Naturaleza que mantiene el Orden de las cosas
y de los seres. Es la más grande desobediencia conocida en este día desde el
Pecado cometido por el primer hombre.
Hoy, Yo, JESUCRISTO, invito a todos Mis hermanos a
reconocer el pecado de vuestro mundo: negar la Existencia de Dios y proclamar
en Su lugar al hombre de ciencia, al hombre que hará un nuevo mundo con una
población de individuos provenientes de la reproducción sexual de un individuo
único. Mientras que la Creación de Dios presenta la diversidad en una misma
familia, como en cada país.
La vida y la muerte de un ser en la Tierra no puede
pertenecer sino a Dios Solo. Yo os digo que detengáis
vuestras experiencias en los animales y el hombre. Dios está furioso. Su cólera
se parece a la que El asumió para echar fuera de Su Vista al primer hombre Adán
y su compañera Eva: El los expulsó del Paraíso Terrestre.
Hija mía, di a todos tus
hermanos que hoy todos los elementos se desencadenan para hacer Justicia a su
Creador y los Inocentes se cuentan por millares en el Mundo; ellos pagan con su
vida para salvar a sus hermanos prisioneros del Mal. Los unos serán salvados
por los otros, porque ellos son todos Mis hijos. Como para Herodes el Grande,
los inocentes pagan por la rivalidad del hombre con Dios.
«En cuanto a las gentes que viven como enemigos de
la Cruz de Cristo, su paradero es la perdición, su dios es el vientre; se
enorgullecen de lo que debería avergonzarlos . Ellos
no piensan sino en las cosas de la Tierra» (Filipenses 3, 18–19).
Dios el Eterno os habla.
Escuchadme †".
†