La Santísima Trinidad os habla. Pentecostés de Amor

 

3 de Diciembre del 2004 - San Francisco Javier

 

JESUS: "Dios es Amor. El Universo todo entero está lleno de Su Amor.

Si vosotros Me echáis de un sitio, él no quedará mucho tiempo vacío, él se llenará del Mal que le colmará. ¡Cuántas veces habéis dejado vuestro corazón llenarse de este adversario! Un solo instante de negligencia y las raíces de esta mala planta pueden invadir un hombre, una familia, una asamblea, un país y el mundo entero. El Mal está al acecho.

Los Centinelas de Dios deben vigilar noche y día en estos Tiempos del Fin. La hora del aniquilamiento del Mal sonará pronto. El lo sabe, de ahí su prisa por destruir la obra de Dios; pero como todas las criaturas humanas y angélicas, él no conoce la hora exacta, de ahí la necesidad de velar constantemente, porque Solo Dios es el Dueño del Tiempo.

Velad y orad. Permaneced humildes y caritativos. Guardad vuestra Fe en Dios. Vosotros, Mis amados, podéis guiaros por todos los signos que se deslizan en vuestra vida y los grandes signos de vuestro Tiempo actual. Tres grandes Países pueden desaparecer en un cero de tiempo.

La tierra, el fuego y el agua han llegado a ser los enemigos del hombre que ha tocado la tranquilidad de todo el planeta y las leyes santas que lo gobiernan. No se deforma lo que Dios ha hecho, no se desperdicia lo que Dios os da, no se destruye la naturaleza que os da todos los bienes que Yo he depositado en ella. Todo es útil a la armonía del mundo. Así la Creación y todas Mis criaturas pueden vivir juntas bajo la mirada benévola del Creador, Dios Unico y Verdadero, Dueño de todas las cosas.

Sí, Mi mano detendrá esta profusión de desastres. Pero Yo os repito, el Espíritu Santo vigila. Cuando vosotros comencéis a comprender lo que Yo os pido hacer debe cumplirse a fin de que el Espíritu de Dios venga a iluminar todos los hoyos de sombra, a fin de que en los más recalcitrantes las escamas de sus ojos caigan y la masa de los Creyentes se ponga a combatir a la estupidez del mundo, sola culpable. Porque la Bestia cargada de orgullo se adueña, para corromperlas, de la inteligencia, la Bondad, la Compasión que Yo, vuestro Dios, he puesto en el corazón de cada una de Mis criaturas.

Vosotros dejáis caer todos estos dones para tomar a cambio los que os presenta la Bestia inmunda: la lujuria, el orgullo, la avaricia, la envidia, la glotonería, la cólera y la pereza; he aquí de dónde nacen todas las destrucciones, las de los hombres, las de todos los países y las de toda la Naturaleza, y Yo añado: ¡atención al Universo!

Yo he dicho a Abraham que no había el número necesario de hombres justos y buenos para perdonar a Sodoma y Gomorra donde no se mostraba todavía toda esta ostentación de pecados de vuestro mundo actual. Los Siete pecados capitales se han decuplicado hoy en todos los países que Me han rechazado y el más ENORME que el hombre comete en este Tiempo, es el pecado de ORGULLO en toda su fuerza: tomar el lugar de Dios para ejercer el derecho de vida y de muerte sobre cada criatura.

Yo soy la Vida, la Verdad y el Camino. Quien no sigue mis pasos no podrá jamás encontrarme.

Vosotros Me desobedecéis, contrariáis Mi Plan, ¿cómo queréis que Mi Espíritu Santo pueda descender a vosotros? Vosotros mismos tejéis la gruesa tela que os separa de Mí. Cada vez que os he tendido Mi mano, vosotros la habéis despreciado. Así para Mi Santa Cruz pedida a la Iglesia, nada ha podido cumplirse y la Palabra de Dios fue rechazada en Dozulé.

Si vosotros buscáis todavía pruebas para restablecer la santa Verdad de Dios, basta que Mi Iglesia se acuerde que ella posee todo en el Vaticano. Mi Santísima Madre es, en Verdad, concebida sin pecado; Ella es, como Su divino Hijo, nacida del Espíritu Santo.

Ella ha sido concebida en el seno de su madre, Santa Ana, cuyo seno fue purificado para recibir al Espíritu Santo. Ese día Santa Ana irradiaba, todo su ser recibía la Santa Gracia de Dios que irradiaba más que la Puerta Dorada donde su esposo venía a acercarse a ella después de largos meses de separación.

Es Mi Madre, la Santa y Divina Concepción Inmaculada que debe ser reconocida por Mi Iglesia que será la primera purificada, recobrando al Instante la Belleza de su Divino Maestro, Yo, JESUCRISTO. Ella será entonces sin mancha ni arruga, sino Santísima Iglesia.

Fieles, entended: vosotros sois el Cuerpo de Cristo del cual Yo soy la Cabeza. Si la Iglesia acepta dar a Mi Santa Madre Su verdadero lugar, junto a Su Divino Hijo en la Iglesia, todo el Cuerpo será purificado.

Entonces el Cortejo Real comenzará a formarse para descender del Cielo, pero, antes, el Espíritu Santo Se lanzará hacia todos los hombres, para tocar su corazón. Pentecostés de Amor, donde la Santa y Divina Mamá de Dios y de los hombres verá acudir a Ella todos Sus hijos curados, purificados, puesto que Dios mantiene Su Promesa.

El Talón de MARIA habrá aplastado a la Bestia para siempre. El Triunfo de MARIA, es también el Triunfo de Mi Santa Iglesia. El Talón de María, es Mi Iglesia. Ella sola, MARIA, Madre de la Iglesia, puede aplastar la cabeza de la Bestia; la Todo–Pura, concebida del Espíritu Santo puede vencer al espíritu del Mal porque la Humildad, divinizada en María, aplastará al Maestro del Mal que es el Orgulloso satánico personificado.

Orad. Velad. Amad y perdonad.

Dios está cerca de vosotros.

La Santísima Trinidad os ha hablado.

Amén †. ¡Ven, Señor JESUS!".