Abandona todos tus proyectos y sígueme

30 de Septiembre del 2004

 

"J.N.S.R.": "¡Dios mío, mi Amor, Tú me pides tantas cosas! Entre tus manos, yo me abandono y entrego mi espíritu. Incluso obedeciéndote, yo sé que Tú has escogido para mí lo mejor y no el deseo de mi elección. En cada cosa que me atrae, Tú escoges la mejor parte, la que me une a Ti a causa de mi humildad y el amor de la pobreza".

JESUS: "No sufras porque nada en este mundo merece que se apegue a lo que él representa, que no es sino del viento y todo es vanidad. Lo principal es continuar conmigo este Camino donde te he puesto. Sigámoslo sin mirar atrás ni a los lados. Nosotros estamos en marcha; el viento, y la tempestad por fuerte que sea, no pueden apartarnos de este Camino escogido por Dios. Desde luego, tú no marcharás sobre una alfombra de terciopelo pero, delante de ti se encuentra lo que Yo pido a cada uno captar con el corazón.

Yo te hablo de una distancia, todavía desconocida y que nadie puede evaluar, que vosotros debéis recorrer sin temor y sin descanso a fin de tomar en vuestro corazón lo que Yo os doy, lo que Yo he preparado para cada uno de vosotros que Me amáis. Al final de este camino se encuentra Mi última recomendación. Hija mía, Yo abro tu corazón para que él Me reciba y Me escuche.

Como te he dicho, Yo te hablaré poco a poco de todo lo que os toca saber para estos Tiempos del Fin. Las tempestades progresan, matando incansablemente todo a su paso. Rebelión del agua, rebelión del fuego, rebelión de todos los elementos frente a la cólera injustificada de los hombres hechos lobos furiosos que derraman la sangre de los inocentes con la alegría feroz de animales que no tienen alma humana y divina. Ellos no son de Dios, y osan decir que «en nombre de Dios» cometen todas estas masacres. ¡NO! Satán vive en ellos, porque ellos han hecho su elección, ellos han escogido al maestro del Mal.

¿Cuál es el ser, vivo en la Tierra, por bueno y generoso que sea, que pueda detener este engranaje monstruoso, que pueda luchar contra el mismo Satán? ¿Quién puede creer en la palabra del maestro de la mentira?

Hija mía, tú debes recordar a tus hermanos que contra el ruido loco está el Silencio de Dios, y contra el fuego de la guerra está el Fuego del Espíritu de Dios. Sólo Dios puede detener el odio y la cólera destructora de Satán que los hombres locos han difundido en vuestra Tierra.

Rogad a JESUS, MARIA, José y San Miguel Arcángel.

El maestro del Mal actuará más y más ferozmente en vuestra Tierra, difundiendo su odio en las criaturas de Dios, hasta marcar a algunos con su realeza satánica, aunque efímera. Pero algunos serán salvados al último y otros perecerán en el fuego del Gehena, porque ellos han perdido su alma maldiciendo a su Creador.

Vosotros todos habéis sido advertidos.

Dios no permite la muerte de los malos, pero El debe respetar su elección. Un Alma, por negra que sea, puede recibir el Perdón de Dios si ella lo desea arrepintiéndose sinceramente: no se puede engañar a Dios. No se puede combatir al príncipe de las Tinieblas, que es Orgullo, sino con la Santa Humildad de La que es todo Humildad. La que no le ha hecho jamás ninguna promesa concerniente a su reino tenebroso hasta el fin de los Tiempos, porque Ella retiene la Corona Real, depositada por Dios mismo en Su Cabeza adorable de Madre del Divino Amor. Poder en el Cielo, en la Tierra y aun en los Infiernos, en el nombre que el Hijo de Dios le dio en el momento de Su adorable Asunción:

«Madre, Tú eres la Reina de todo el Universo.

El Cielo, la Tierra y los Infiernos palidecen

delante de la Santísima Gloria que Dios Eterno

deposita en Ti.

Tu Corona tiene los tres pisos que representan

a las Tres Personas de la Santísima Trinidad:

la Gloria del Padre, la Gloria del Hijo, la Gloria del Espíritu Santo,

de La que es la Hija del Padre, la Madre del Hijo,

la Esposa del Espíritu Santo. † Amén.

La Santa Humildad de la Santísima Virgen María

vencerá el orgullo del maestro del Mal.

Rogad a Dios y prestadle Confianza.

MARIA, Reina de todo el Universo,

está muy pronta para intervenir.

Ella espera la orden dada por Su Dios.

Amén»".