Dios y los hijos de Luz

20 de Septiembre del 2004

 

"J.N.S.R.": "Señor, quieres Tú hablarme, yo Te escucho. ¡Gracias!".

JESUS: "Bendice al Señor que busca a Sus hijos. Llámame desde que tú le sientes, es tu llamado que se junta al Mío porque, cuando dos corazones se llaman, ellos se responden al mismo tiempo. Es un deseo de oírse, una alegría inmensa hablarse de corazón a corazón.

Yo estoy siempre cerca de ti, ¿y tú no lo sabes por ti misma, que tú no puedes alejarte de Mí? No puede ser de otro modo, puesto que nuestro Amor es el mismo. Yo te he dado el Mío y tú, hija, Me has dado el tuyo. Juntos, nosotros marchamos al Lugar de delicias donde Mis almas están reunidas para gustar finalmente los Dones inefables de Dios.

Alma mía, escúchame. Yo hablo al mundo, Yo instruyo al Mundo con Mi Palabra de Verdad. Y el que Me oye debe transmitirla tal como la oye, sin ninguna falsa nota. Dios, que os ama, protege Su Palabra con Su Velo Santo para que nada venga a deformarla cuando ella sale de Mi boca para venir a tu corazón que oye. Permanece a la escucha. Esta cosecha de almas que se elevan a Dios es la primera cosecha: ellas se unen a las almas–hermanas que les instruyen para ir más alto, para comprender lo que Dios espera de cada una de ellas. Esto se hace muy rápido".

Arnaldo: "Yo vengo a ti que me llamas, Dios lo permite. Yo te hablaré de nuestro estado que se metamorfosea a lo largo del tiempo, desde nuestra entrada al Cielo, llamados por el mismo JESUS. No temas, yo estoy realmente allí, con Jesús que me deja hablarte. Sí, tú puedes decir que yo soy Arnaldo, enviado de Dios a ti en esta noche. Conmigo todos ellos están a mi lado, pero yo tengo el derecho de acercarme a ti y de hablarte.

Tú quieres saber si se preparan cosas en vuestra Tierra. Los hombres son verdugos por querer matar la Palabra de Dios.

Porque la Palabra de Cristo es vuestra Salvación.

Ahora bien, algunos la regatean contra su propia palabra que desgarra el Corazón de Dios y que os infecta del Mal que mata al hombre y su descendencia. En cuanto a vosotros, que creéis en Dios, hablad a tiempo y a destiempo: Dios preservará Su Palabra y la dejará pasar a donde El desea. Tú puedes y tú debes hablar de todo lo que Dios te enseña. Habla libremente: Dios está contigo.

Es preciso porque, en este momento, los cobardes van a dejar sus ataduras, ellos tienen miedo de la Venida de Dios, ellos están informados por el Autor del Mal, como Dios informa a los Suyos. Ellos son muchos en saberlo y temen lo peor también para ellos; ellos se apresuran en hacer el mayor mal posible. Dios no tiene sino una palabra: El ha prometido dejarlos libres hasta el Fin de los Tiempos.

Pero he aquí que la Hora sonará para todos, para los buenos como para los malos, los primeros para la Victoria con Dios en la Llanura de las Delicias, los segundos en la Gehena por la Eternidad.

Trata de comprender que Dios, Solo, conoce todas las fechas. Yo puedo solamente decirte que se aproxima la lucha del Fin en que serán victoriosos los Ejércitos de Dios.

Israel está en dificultades y lo estará hasta el fin: ningún País ha sido tan amado y este mismo País jamás ha obedecido a Dios como le es y le ha sido pedido; pero él tiene una Victoria ya preparada para él, porque Dios mantiene siempre Sus Promesas.

Todos los Países querrán jactarse de estar en el buen camino: ¡ay!, de los que creen que la victoria se gana por las armas! Dios os llama a uniros bajo Su Santa Cruz para marchar hacia El.

Sí, yo continúo hablándote. Ama a Dios y obedécele siempre, El te salvará de todo peligro, hasta del fuego. No tengas ningún temor: todos los que trabajan por Su Gloria y por el Triunfo de Su Santísima Madre están en Su Barca que no se hundirá jamás.

Tú me llamas: yo soy Arnaldo, yo soy Antonio, yo soy Andrés, yo soy Gil, todos están allí, porque con Dios, están todos en El, y El todo entero en nosotros, y en ti que nos escuchas. Cada vez la Unidad se junta para hablarte, porque Dios nos ha unido ya en El. No, no es tan duro de comprender esto: Dios ES Amor, el Amor llena el Cielo.

Pronto el Amor llenará igualmente toda la Tierra: entonces vosotros diréis: «He aquí el Reino del Amor, la Ciudad de Dios entre nosotros», y vosotros tendréis razón, porque Dios llenará la Tierra de Su Amor Infinito, como está lleno Su Cielo de Gloria Eterna.

El Amor desciende del Cielo, el Amor llena la Tierra, el Amor habita todo el Universo. ¿Dónde está el Mal? ¡El no existirá más! ¿Cuándo? ¿Tú me preguntas cuándo? Para Dios no hay límite, ni frontera, ni Tiempo. Ven, entra en nosotros y mira lo que será mañana para vosotros: lo que es ya aquí para nosotros.

Mi querida hermana, tú no debes ya llorar, todos nosotros estamos contigo, y pronto tú verás, como nosotros mismos Le vemos, al Amado de las Colinas eternas, tu Amor, nuestro Amor, nuestro Dios de Gloria Eterna, nuestro Tierno Amor.

Todos los hijos de Luz.

Amén".