Nuestra Señora de los Dolores

15 de Septiembre del 2004

 

"J.N.S.R.": "Señor, necesito escucharte. Estoy enferma y soy muy desdichada".

JESUS: "Sí, Yo te escucho y Yo intervengo a tu llamada. Ten ánimo, sé obediente a Mi Llamada. Nada se hace sin Mi consentimiento. Este sufrimiento es la miel de tu Vida, para la cual has sido engendrada.

No temas nada: los hijos de MARIA están en Sus brazos. Aprende progresivamente a desprenderte de todas las comodidades que desea el hombre de la Tierra. Tú, sigue siendo humilde y caritativa. La corona de Mis hijos no está hecha de oro y de diamantes, sino de algo más precioso: para cada uno de vosotros que Me habéis escogido, esta Corona se parece a los rayos que salen de Mi Sagrado Corazón y del Corazón Santo e Inmaculado de vuestra Mamá llena de Gracia.

La Humildad y la Misericordia florecen juntas y forman la más bella flor de Mi Jardín: los Dos Santos Corazones Unidos de JESUS y MARIA. La Compasión y el Perdón dan la azucena de la Pureza, la que brota en el Valle de los Angeles de Dios, es el Corazón Puro de San José. El Amor, que nace de Mi Divino Sagrado Corazón, da origen a la Rosa color de sangre que embalsama el Cielo y la Tierra: es la Rosa roja del Divino Amor.

La Ternura, que está en el Divino Corazón Inmaculado de MARIA Santísima, es la Rosa blanca que acaricia a los hijos del Dolor, les da el mismo valor que Ella ha recibido de Dios a fin de hacerse, para Su Divino Hijo, el Auxilio de Su Alma herida por la ingratitud de los hombres. Ella está al pie de la Santa Cruz, sosteniendo en Sus brazos el Cuerpo herido de Su Hijo único, Su Dios de Amor, que recibe en Su Cuerpo todos los cuerpos de los hijos–mártires llamados a resucitar con El, el Viviente".

"J.N.S.R.": "¡Oh mi Dios, mi Modelo, déjame imitarte, morir contigo en Tu Cruz, reposar en los brazos de Tu Santa Madre y levantar el vuelo luego hacia Ti!".

JESUS: "Vosotros venid a Mí, todos llevados en los Brazos de Mi Santa Mamá que es también vuestra Mamá de Amor. Ella ha sido ante todo la Madre Dolorosa.

No olvidéis jamás que, para venir a Mí, vuestro Dios de Amor, debéis atravesar la Puerta de Mi Santa Cruz en los brazos de Nuestra Señora de los Dolores. En el Amor de Mi Cruz, Yo os bendigo.

En el Amor de Mi Cruz, Yo os bendigo.

El Divino Crucificado.

Amén".