Arrepentíos y haced
penitencia
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10 de Septiembre del 2004
"J.N.S.R.”: “¡Señor, por qué tantas
muertes, tantas guerras inútiles! Señor, Tú puedes TODO, ¿no detendrás esta
locura que se ha apoderado de los hombres? En nombre de todos mis hermanos, te
imploro; ¿dejarás destruirse toda la humanidad y hacer pagar al inocente por el
culpable?”.
JESUS: “Muchas veces el Señor ha
hablado al hombre que se ha quedado sordo a Su Voz, ignorando Su Ley y Sus
Mandamientos santos. ¿Qué quieres de Mí, por qué tantas preguntas?
El viernes 2 de Noviembre de 1973, en Dozulé, Yo os he advertido:
«Vosotros vivís el Tiempo del
supremo esfuerzo del Mal contra Cristo. Satán está desatado de su prisión. El
ocupa la faz entera de la Tierra. Gog y Magog, su número es incalculable. Sea
lo que llegue, no os inquietéis. Todos serán echados al fuego por los siglos de
los siglos».
No he añadido:
«Dichoso el que no es
seducido sino por el Dios Supremo. Mi Padre no es sino Bondad. El perdona al más grande pecador en el último momento de su vida. Decid
a los moribundos que se arrepientan que cuanto más grande es el pecado, más
grande es Mi Misericordia. En el mismo instante en que su alma abandona su
cuerpo, ella se encuentra en esta espléndida Luz. Palabras de Jesús».
Ahora sabéis todos vosotros que la Gran Tribulación está aquí... y el mundo
no siempre se ha arrepentido. Y este Cambio universal, donde vosotros veréis
poco a poco desaparecer las cosas que existían y otras reformarse en el mismo
lugar, está ya en curso.
Todo lo que Yo os he dicho llega
y vosotros no sentís ni siquiera la necesidad de arrepentiros y de volver a
vuestro Dios de Amor.
El profetizar no es dado a todo el mundo, porque en Nombre de Dios y por
El, Magdalena1 había profetizado todo lo que os
sucede.
Pueblo desobediente e incrédulo que ayunaba pregonándolo en torno a
vosotros, ¿teméis las burlas para no orar más en la iglesia, en familia, entre
amigos? ¿Quién ha perseverado en la oración, el ayuno y la abstinencia? ¿Cómo
pedís que se cumpla la tarea necesaria que incumbe a cada uno para salir de
este atolladero? Vosotros no creéis ya
en nada y habéis ya abandonado Mi Cruz Gloriosa y no oráis sino de labios
afuera la Oración cotidiana. ¿Dónde están las almas que han recibido la Oración
en su corazón para difundirla en todas partes?
Sí, orad delante de Mi Gran Cruz Gloriosa que existe ya levantada en el Pensamiento del Padre de toda Bondad. Sí,
orad delante de los millares de Cruces de Amor a causa de JESUS Resucitado que
anuncia Su Retorno Glorioso.
Sí, todo el odio de los hombres
debe desaparecer. ¿Cómo?
Yo pido a cada uno responder con toda sinceridad a esta pregunta: «¿Habéis
creído que, sin Dios, podríais vivir naturalmente y aprovechar de todos los
bienes de la Tierra?».
Sabed que YO SOY vuestro Dios Unico y Verdadero y que si vosotros Me
rechazáis, borráis hasta vuestra existencia y la de la Tierra que os soporta
por la Gracia de su Creador, Dios el Eterno, que la creó en Su Grande
Misericordia para alimentar y mimar al hombre, Su criatura.
Habéis comprendido que al proclamar a voz en cuello vuestra libertad de
hombres, Me habéis desterrado de vuestra vida, habéis destruido la libertad que
Yo he dado a cada hijo de Dios y la habéis remplazado por otra dimensión: la esclavitud en el pecado. Vosotros sois
esclavos de Satán que os ofrece todos los placeres malsanos: el poder, el
dinero, la sexualidad y la droga. Todo
esto está llamado a desaparecer con su jefe, en el Fuego Eterno.
Hijos Míos, abríos a Mi
Santa Presencia. Sin Dios, vosotros no veréis ninguna salida para evadiros de esta trampa.
No tardéis en llamarme, la máquina infernal ya os ha acarreado demasiado lejos.
Todos Mis Mártires cantan ya con Mis santos Angeles en el Cielo la
Salvación, el Poder y la Realeza de Nuestro Dios y el Poder de Su Cristo.
El Pérfido está ya lanzado fuera, vencido por la Sangre del Cordero. Todos
Mis Mártires han superado el amor de ellos mismos para escoger vivir con Dios.
Cada uno, comprometeos a seguirme, a hacerme conocer, a hacerme amar.
¡De pie los hijos de Dios!
Creer, es actuar e informar,
donde estéis, que nada está todavía perdido puesto que habéis escogido la mejor
parte, vivir con Dios, vivir de Dios y vivir para Dios.
Evangelizar es convertir, es
volver a poner al derecho toda la inestabilidad de esta humanidad desgarrada.
El Hombre debe ayudar al Hombre.
Yo soy
el Eterno † Amén”.
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