Palabras del Señor

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22 de Agosto del 2004 - María, Reina Inmaculada

 

 

"J.N.S.R.”: “Señor, quieres Tú guiarme en lo que he escrito el 20 de Agosto, y si debo conservarlo enteramente, o quitar un pasaje, o arrojarlo por no venir de Ti”.

 

JESUS: “Estás aquí en la duda y este temor no viene de ti sola”.

 

"J.N.S.R.”: “Yo no quiero ofenderte, ni engañar a nadie, Señor”.

 

JESUS: “Escribe esto: todas tus dificultades nacen de turbaciones provocadas por el Enemigo de Dios. Recuérdalo. Sigue Mi Camino, él no tiene ningún desorden. Yo te lo había prometido: las cosas del Cielo os serán reveladas, tú las escribirás poco a poco y a medida que viene el tiempo de sacarlas a la luz para vuestro conocimiento.

Vosotros debéis saber que Dios es un Amigo justo que no oculta nada a Su amigo que Le escucha y que Le obedece. Se adelanta mejor cuando se es advertido. Yo no quiero que el temor reine en cada acto que vosotros vayáis a emprender en la actualidad. Todo está bajo la mirada de Dios.

Yo te había dicho que os tomaría en el camino, en vuestra ruta, para haceros pasar a Mi Tiempo, ¿lo recuerdas? Lo que quiere decir que vosotros continuaréis vuestro recorrido por el Camino de Mi Eterno Presente. ¿Tienes temor de encontrar, realmente vivos, a los tuyos que te esperan?”.

 

"J.N.S.R.”: “Yo no comprendo esto, ¿por qué nosotros estamos en este pasado ya vivido por nosotros mismos?”.

 

JESUS: “Tú comprenderás mejor haciéndote vivir Mi Santa Eucaristía: todos los días, todas las horas, en todas las Santas Misas del mundo entero, vosotros vivís conmigo Mi Santa Pasión, Mi Santa Muerte y Mi Santa y Gloriosa Resurrección, porque Yo estoy realmente Vivo en la Hostia; es realmente Mi Cuerpo, es realmente Mi Sangre los que se encuentran en el Altar del Santo Sacrificio. Las manos consagradas de cada uno de Mis Sacerdotes Me reciben para darme a cada fiel que viene a recibir Mi Santa Hostia Viva. Las Santas Especies están realmente vivas, palpitantes de Mi Santo Amor que se da; como en la Cruz, Mi Santa Cruz, Yo Me he dado a vosotros, a cada uno de vosotros.

Nadie Me ha tomado a la fuerza, soy Yo quien Me he dado a la humanidad entera, pasada, presente y futura, te lo repito: ¿qué vienen a hacer las manos no–consagradas que Me toman para darme a cada uno de Mis Hijos que Me esperan?

Yo te lo digo y os repito: soy Yo el que Me doy por las manos consagradas de Mi Sacerdote. Esta falta no es aceptada por Dios, pero los Ultimos Tiempos, los Tiempos del Fin, han sido ya sentidos en los Cielos antes de que venga a la Tierra esta generación malvada e hipócrita; muchos trastornos han sido sentidos por el Padre antes de la hora de esta terrible apostasía.

¿Tú te admiras todavía de que Dios os ha visto vivir en este desorden aceptado por las tres cuartas partes de las poblaciones de toda la Tierra? Mucho antes de que ella se produzca, Yo he visto esta confusión.

Los profetas ven lo que sucederá aun 2000 años, y más todavía, después de ellos y vosotros sois los que os planteáis la cuestión: «cómo hemos tenido el Conocimiento de Dios y de lo que Dios nos prepara para poder vivir y afrontar las horas terribles de este Fin de los Tiempos» y aceptar con el Sufrimiento, la Alegría y la Esperanza porque, al fin de este largo túnel, se encuentra la Luz de Cristo en Gloria.

Vosotros habéis sido informados antes de vuestro nacimiento en la Tierra. Vuestras almas son de Dios; es el Padre quien les ha dado en un instante todo el Conocimiento necesario para poder atravesar este tiempo de Separación. Pero el Padre, al daros también la Libertad, sabía que vosotros igualmente deberíais luchar contra la Tentación. A causa de esto, como un navío en las olas desencadenadas, Mis pobres almas deberán luchar para volver a Mí, al puerto de Salvación Eterna. Pero el navío que entra en alta mar, no puede prever las numerosas tempestades que le sacudirán a lo largo de su recorrido; y a veces él se desvía y puede encontrarse en una tierra desconocida o, lastimosamente, al fondo del mar.

¿Qué hace una pequeña alma libre en su elección? Ella puede perderse, fracasar lejos del Camino que su Padre le ha trazado, sobre todo porque ella no sabe que posee todo el Conocimiento de su Padre, bien oculto en su alma. El gran mérito de un alma está en su elección, sin abrir el pequeño Libro que Dios ha puesto en cada uno de vosotros: volver a Nuestro Padre, no por el temor de la noche, de lo desconocido, sino por el Amor necesario que se encuentra en el Corazón de Dios que es Vida.

Sí, Dios os espera, y esto será para cada uno el día en que vuestra voluntad vuelva a Mí, descubriendo que ella ha nacido en la Voluntad Paternal de Dios. Yo te lo digo: Yo conozco a cada uno de vosotros, los rodeos de vuestro pensamiento, las caídas sucesivas y las tentaciones de toda clase que las han provocado, vuestros esfuerzos, vuestros combates y vuestras derrotas, además todo lo que se ha escrito de lo que vosotros habéis aprendido de Dios antes de vuestro nacimiento en la Tierra. Yo os lo repito todavía aquí: Dios Solo os conoce enteramente.

Yo no soy en absoluto responsable de vuestra conducta: vosotros sois libres. Pero Dios es Omnisciente. Yo poseo todos los conocimientos. Nadie puede ocultarse de Mi Vista. Vuestro conocimiento que viene de Dios, del Maestro de la Historia, es el desarrollo de lo que va a pasar hasta el fin de este Tiempo y la Venida en Gloria de vuestro Salvador.

En lo que concierne a los asaltos del Tentador, vosotros estáis advertidos que serán numerosos y que os pertenece a vosotros solos, hacerlos fracasar, vosotros sois libres.

Los Angeles de Dios envían las almas que vuelven al Padre de toda Bondad, después de la peregrinación de la Tierra efectuada en el Amor del Altísimo. Vosotros estáis advertidos de ello. Dios Solo conoce vuestra vida, desde el nacimiento de vuestra alma hasta la muerte de vuestro cuerpo terrestre. Yo conozco todo lo que cada uno, en toda libertad, elegirá a pesar de las intervenciones repetidas de Mis Santos y de Mis Angeles llenos de Amor divino, y a pesar de la Oración incesante de Mi Madre cerca del Padre a fin de que ni una de Sus almas se pierda, sin contar a Mis queridas almas que han aceptado sufrir en la Tierra la Pasión de vuestro Señor Jesucristo a fin de volver a traerme Mis rebaños descarriados.

Dios es Omnisciente. Su Conocimiento es universal y eterno. Yo conozco a todas Mis almas, su nacimiento y su futuro. Lo que os descubriré, es el pequeño Libro que está ya en vosotros, conteniendo la Revelación de este Tiempo hasta el fin último y el Retorno Glorioso del Hijo del Hombre anunciado ya en Dozulé.

La Cruz Gloriosa, es JESUS Resucitado.

El combate es para cada uno, para llegar a la Vida Eterna en Dios. Vivid una vida espiritual, abandonad los placeres de este Mundo. No olvidéis jamás que el Tentador está siempre al acecho y que vosotros estáis solamente de paso en vuestra Tierra. Aceptad la Salvación que Yo os ofrezco.

Vuestra Fe activa hace próxima la Venida de Cristo en Gloria.

¡Despertaos! Un pueblo que duerme es un pueblo muerto.

Vosotros tenéis en vosotros la Llave del Reino de los Cielos.

Amén †.

Vuestro Señor Jesucristo”.