Deja
que las viejas piedras se derrumben
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Pentecostés,
22 de Mayo del 2004
“J.N.S.R.”: “Señor, ¿qué debo hacer?”.
JESUS: “Escribe.
Esta noche, Yo te pido que te inclines más bien a Mi vida. ¿Es ella tan
despreciable que tú no quieras ya escribirla, ponerla en el papel para que sea
leída por todos?
Si Yo fui despreciado por todos los ancianos, ¿crees que lo soy menos en
estos días? ¿Crees tú que, por esto, debes ocultarme y ocultarte detrás de tus
propias penas? ¿Qué sería del leño muerto, si rechazas el Leño Verde? ¿Y qué
sería de Mi Palabra si haces pasar la tuya antes que la Mía?
Hija Mía, renuncia a lo que fue tu vida y mira lo que ella es y lo que
llegará a ser conmigo. Escucha, hija Mía: ¿no oyes las risas alegres de los
hijos que son llevados ya por los que Yo he puesto en Mi Camino? Son numerosos
los que vienen a buscar a los retrasados. Y qué será si tú te alejas ahora que Yo consolidaré tus espaldas: la
carga de un cordero es menos pesada que la de un lobo que no sabe sino
desgarrar la presa fácil. No te arriesgues ahora a alejarte de Mi Camino para
extraviarte entre los lobos que no esperan sino una sola cosa: que tú caigas
para venir a aplastarte bajo sus pies...
Lleva en tus espaldas a los corderos que gimen porque, fatigados, se han descarriado.
Y su descarrío te llama a mirarte. ¿Qué ves tú en ti? Una marca, la de un
pequeño pastor, un pequeño pastor que no tiene ya necesidad de buscarse:
entonces, ven y sígueme, Yo haré de ti un verdadero pastor, un verdadero
pastor.
Los que tienen en su corazón la
Palabra que salva, no pueden cambiar su vida por la palabra que mata. Yo te
lo he dicho: no mires más hacia atrás. Ponte a
la escucha porque tal es Mi Santa Voluntad.
Deja que las piedras viejas se derrumben.
Nosotros estamos en la víspera de construir la Verdadera Vida en Dios con
los mejores materiales. Sé Vida y no muerte, porque Yo vengo, con Mi Vida, a
construir este Mundo Nuevo con vosotros todos, Mis Obreros de siempre.
Guarda tu corazón puro. † Yo te bendigo †
Jesús, el Buen Pastor”.
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