Dios os habla

Ellos no podrán ya perseguirte. Ellos no podrán ya juzgarte

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29 de Abril del 2004 - Santa Catalina de Siena

 

 

JESUS: “Sabed que Dios habla con Su Sagrado Corazón abierto. Mi Voz es universal; todos vosotros podéis oírla y cada uno en su lengua. Es más difícil oíros entre vosotros que oírme a Mí, si tenéis la Fe. ¿Pero quién tiene la Fe? ¿El que habla o el que la escucha?

Si tuvierais un granito de Fe, sería inútil buscar en vuestros libros las referencias de lo que Yo os revelo en este tiempo.

¿No te he dicho Yo que ellos harán como si tú hubieras deformado, o peor aún, inventado Mi Palabra? Mientras el tiempo corre, ellos llegan a diseñar en tierra arabescos, como si no entendieran. Pero ellos no te dirán: «Ven y no peques más», porque tú no has pecado al llevar Mi Palabra, tú los has trastornado. Entonces ellos te dirán: «Nosotros no te creemos», aun más, ellos te ignorarán.

Pero cada vez, en su sueño inconsciente Yo vendré a recordarles su falta: la de juzgar sin comprender nada.

Obedéceme. Déjalos. Lo que ellos buscan lo encontrarán. Ay de vosotros Escribas y Fariseos de los tiempos modernos, vuestras raíces se hunden y se nutren de este fermento en el cual se Me juzgará. ¿Por qué volver atrás? Vosotros no sabéis avanzar. Vosotros no sabéis incluso ya leer en los Signos del Tiempo. Este Tiempo que os da la noción del presente donde las cosas no han evolucionado hacia el Bien donde en otro tiempo el Mal reinaba.

Hoy no veis que él reina como maestro y que vosotros Me prohibís triunfar con lo que vosotros habéis retenido. Porque, si habéis rechazado lo que Yo anunciaba y que anuncio por Mis Voces de hoy, San Juan ha escrito y su escrito es mejor que esto. Yo he prohibido que vosotros lo toquéis, porque nada es más fácil que examinar un relato antiguo apocalíptico rechazado por las iglesias modernas.

Cuando San Juan relata la conversación con Nicodemo (3, 4–12), este Fariseo, no abierto a la Verdad y escéptico como todos los notables judíos de la época, no puede ir más lejos en la conversación: «‘¿Cómo un hombre pueda nacer siendo viejo? ¿Puede entrar una segunda vez en el seno de su madre y nacer?’.

Respondió Jesús: ‘En Verdad, Yo te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios.

Lo que ha nacido de la carne, es carne. Lo que ha nacido del Espíritu, es Espíritu. No te admires si te digo: Os hace falta nacer de nuevo. El viento sopla donde quiere y tú oyes su voz. Pero tú no sabes de dónde viene y a dónde va. Así es de cualquiera que ha nacido del Espíritu’.

Respondió Nicodemo y le dijo: ‘¿Cómo puede hacerse esto?’.

Jesús respondió: ‘Tú eres maestro en Israel, ¿y no sabes estas cosas? En Verdad, en Verdad te digo, nosotros hablamos de lo que sabemos y atestiguamos lo que hemos visto, pero vosotros no acogéis nuestro testimonio. Si vosotros no creéis cuando Yo os digo las cosas de la Tierra, ¿cómo creeréis cuando os diga las cosas del Cielo?’».

Hoy vengo Yo a deciros las cosas del Cielo.

¿Cómo creeréis a los que vienen a vosotros para daros Mi Palabra de Vida? Vosotros habéis evolucionado como todos los Nicodemos de los tiempos pasados: Yo os he dicho en efecto: «Todo el que comete el mal, odia la Luz y no viene a la Luz, para que sus obras no sean reprendidas; pero el que vive en la Verdad viene a la Luz, a fin de que se manifieste que sus obras son hechas en Dios» (Jn 3, 21).

«Un hombre no puede recibir nada si esto no le ha sido dado del Cielo» (Jn 3, 27). Mi Apóstol Juan os dijo esta última frase que Yo apruebo todavía hoy. Si Mi hija ha mentido, hacedla pasar delante del alto Clero y que se la interrogue. Yo hablaré en ella. Ella no puede temer la Luz que vive en ella y que la obliga a hablar de Mí y de Mi Santa Madre nacida del Espíritu. Si vosotros creéis en Su Asunción, entonces por qué dudáis que Ella tenga como Padre a Dios mismo y que La llama a subir al Cielo de Gloria con Su Cuerpo y Su alma.

El Espíritu Santo es Luz, El es Vida, El procede del Padre y del Hijo y es El quien dio Vida de Adán.

¡Cómo podéis dudar de Mi Palabra! En este último libro, el Secreto de MARIA, Yo anuncio en términos claros y precisos la Santa y Divina Concepción de Mi Dulce Mamá.

No dudéis: en el seno de Ana purificada de la Falta Original, Ella fue concebida del Espíritu Santo, Luz que se concentró toda en torno a Ana delante de Joaquín, bajo la Puerta Dorada del Templo; esta Nube Luminosa, que los rodeó y los sumergió en éxtasis es realmente la Luz del Espíritu Santo acompañada de un tropel de Angeles que tenían con ellos esta Torre de David, esta Torre de Marfil de las Letanías a Mi Santa Madre.

MARIA es la Torre del Aislamiento, escogida para ser la Cúspide de la humanidad en la Pureza, la Humildad y la Obediencia a Dios; esta Torre que hizo de Ana y de Joaquín la familia sin mancha, santificada por la Gracia Divina.

En cuanto a los que han quemado tus libros, ellos estarán libres de remplazarlos, así se avanza: de caída en caída, el recorrido se designa y el ser humano se diviniza,

porque Yo vuelvo pronto con mi Santísima Mamá

Amén.

Jesucristo”.