La
Voluntad de Dios es honrar al Hijo de Dios
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24 de Abril del 2004 - San Fidel
JESUS: “Hoy
el Verbo clama en vosotros. El quiere nacer, El quiere brotar de vuestro
corazón, y vosotros no Lo ayudáis. El quiere crecer, quiere aumentar sus
miembros, extenderse a todas partes, y vosotros Le ahogáis hasta amordazarlo.
¿Por qué Le impedís expresarse, comunicaros Su Misericordia?
No sabéis que la Misericordia de Dios, es JESUS, es el Verbo de Dios. No
dejéis pasar la Gracia que se os ofrece. ¿Por qué atrancar vuestra puerta, por
qué empujar esta gran piedra detrás de vuestra puerta? vuestro
corazón no se abre. Si él muere a esta manifestación, con la ayuda que todavía
Yo os traigo hoy, ¿cuándo se abrirá?
Las aguas del Mar Rojo no se abrieron sino una vez y se cerraron poco
tiempo después, anegando a jinetes y caballos.
San Juan (5, 5–13): «Amados míos, ¿quién es el que vence al Mundo,
sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
El testimonio del Espíritu.
Este es Jesucristo, que vino por el agua y la Sangre. No solamente el agua, sino mediante el agua y la Sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio, porque el Espíritu
es la Verdad. Porque tres son los que dan testimonio en el Cielo: el
Padre, el Verbo y el Espíritu Santo, y estos tres son uno.
Y los tres son los que
dan testimonio en la Tierra: el Espíritu, el agua y la Sangre; y estos tres
convienen en lo mismo. Si aceptamos el testimonio de los hombres, mayor es
el Testimonio de Dios, pues este es el testimonio de
Dios acerca de Su Hijo. Quien cree en el Hijo de Dios tiene el
testimonio en sí mismo. Quien no cree a Dios le hace mentiroso, porque no ha
creído en el Testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo. Quien tiene al Hijo
tiene la Vida; El que no tiene al Hijo de Dios no
posee la Vida
Os he escrito estas
cosas a los que creéis en el Nombre del Hijo de Dios, para que os deis cuenta
que tenéis Vida Eterna».
Vosotros tenéis la Vida Eterna, vosotros que ponéis vuestra Fe en el Nombre
del Hijo de Dios. Si el tiempo que se os ha impartido se borra, ¿cuándo podrá
volver semejante oportunidad? Vosotros podéis aceptarla, como rehusarla. Pero
si vosotros no tomáis la mano que se tiende todavía hacia vosotros, si no la
agarráis hasta las marcas de las heridas que raspan las muñecas del Cordero
Salvador, ¿cómo saldréis de este abismo que os engulle a los unos después de
los otros, poco a poco?
Vuestro Espíritu clama conforme al Espíritu de
Dios.
Vuestra alma busca su Cuerpo de Gloria.
Cómo presentarse delante del que es Vida:
el
adorno se ha desgarrado, ha caído en girones.
Cómo encontrar el que el Padre ha bordado para cada
uno,
el
Original, el del Origen.
¿Dónde encontrar la Túnica Original?
La que el Padre ha bordado con Sus manos
para aparecer delante de Dios
vuestro Creador, vuestro Redentor, vuestro Consolador?
¡Escuchadme! Yo hablo a las
Yo soy la Justicia y la Paz. Lo que he dicho, está
dicho.
Lo que Yo digo hoy tiene el mismo valor que lo que decía antaño a Mis
discípulos, a Mis hermanos, Mis Apóstoles. Mi
nombre certifica Mi Palabra y Mi Palabra certifica Mi Nombre.
Si os vengáis por el fuego, pereceréis por el fuego. No saquéis vuestra
espada porque por ésta pereceréis. En cuanto a quemar Mi Palabra por el fuego,
sabe que el Fuego Sagrado que sale de Mi boca, se volverá contra vosotros. Si
Mi Presencia os molesta antes de Mi Retorno en Gloria, sabed que Yo estoy ya entre vosotros, que Yo os visito. Vosotros
sois responsables de vuestros actos, de cada uno de vuestros actos, y no de los que habéis ya juzgado entre
vuestros hermanos. A Mi Santa Justicia rendiréis vuestras cuentas, ella
sola os juzgará y ésta ya está en
vosotros.
Escuchad Mi Vos, ella está también en vosotros; Yo debo hablar a cada uno
pronto; jamás el Rey se hace anunciar por otro sino por él mismo; vosotros Me
oiréis, temblaréis, seréis arrebatados y
Me seguiréis porque, desde que el Rey aparezca, seréis tal como El, Divinos por
Su Soplo de Vida que despierta el alma que Dios os da.
Mi Madre viene ya. Todo lo que Yo he dicho se cumplirá. Acogedla, abrid vuestros brazos, abrid vuestros
corazones. Porque el Corazón de una Madre tan buena contiene todo lo que es
necesario al hijo y lo que él desea: el Amor, la Paz, la Alegría. Ella os
mostrará a su Jesús de Amor a fin de que El llegue a ser vuestro modelo. Ella viene a daros a luz. Vosotros
recibiréis Su Gracia para renacer de lo Alto. El Espíritu que vive en Ella,
vendrá a vosotros, comunión íntima de la Madre y el hijo con Dios, todo de
Dios.
Oh cuán dulce es dejarse mecer
en el
Corazón Doloroso e Inmaculado de la Divina Virgen
Madre de Dios, Madre de la multitud.
La Cuna de la humanidad está lista. Mi Madre, Mi Dulce Paloma blanca, os
guiará hasta Mí, Su Hijo, Su Dios, para que recibáis el Beso del Amor y del
Perdón del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Alegría de Dios entre vosotros, MARIA, Madre del
Divino Amor”.
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