Tú no tienes que defenderte. Yo he
hablado
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1 de Marzo 2004
“J.N.S.R.”: “¡En el Nombre del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo! Arnaud, me parece que nosotros estamos
empeñados los dos en vivir la resurrección de la Cruz Gloriosa de Dozulé. ¿Estamos
llamados a reunirnos a veces? Puedes tú decirme si no me arriesgo a paralizar
tu impulso porque yo lo siento por ti. Tú puedes emplear la verdad, porque
nosotros vivimos en la Verdad de Dios. Fuera de ésta, yo no soy nada”.
Arnaud: “No te interpongas jamás entre
la Voluntad del Altísimo y el Ser de Luz o de carne que Dios ha escogido para
que, tú también, te eleves más arriba.
Tus medios son normales, hija de la Tierra, todavía en estos días donde
todo es confuso. No trates de aventajar Al que te habla: Cristo es el Camino y
El marcha delante de nosotros, siempre.
¿Qué diferencia puede haber entre los que han llegado acá y vosotros que
esperáis? Esta diferencia es simplemente el Tiempo. Para Dios, el Tiempo está
en la misma extensión. Un día tú podrás correr más rápido y alcanzar esta
distancia y encontrarte al lado de mí, al lado de nosotros, al lado de Antonio
nuestro amigo tan amado de todos los hijos de Luz. Generoso, él es, como tú lo
has conocido. A tal punto que se diría que su origen venía de la nobleza, como
los reyes de la Tierra que no están aquí sino seres que merecen el lugar que
ellos han comenzado a tejer en la Tierra.
Amiguita, tú estás siempre inquieta y te preocupas demasiado por nada. Los
verdaderos valores están aquí, descubiertos desde que tú llegas al Reino de
Dios. ¿Sabes tú dónde los tienes? En tu
corazón. A veces él se desborda sobre los otros que los necesitan mucho.
Nada está perdido aquí, tú llenas muchas veces la tinaja que está en espera
a tu lado. Por esto, yo te digo: continúa; como hacía Antonio, da sin contar, acepta todo sin llorar,
bendice la mano que te hiere, y tendrás un lugar como nosotros, aquí donde te
esperamos.
Trabaja todavía por hacer crecer
la Bondad en los corazones que Dios te presenta. Tú lograrás todo lo que
emprendas, porque Dios está contigo. Lo que tú hagas te será preguntado por el Altísimo
que ha puesto sus ojos en ti.
Flor de la Tierra, tú tienes tu raíces en el Cielo.
Arnaud, hijo de Luz.
* * *
Para Dozulé, nada está todavía perdido.
El árbol enterrado volverá a crecer cuando suene la hora.
¡Cuántas veces deberemos liberar sus raíces
cubiertas de piedras enormes!
¡El Hijo de Dios nos lo ha prometido!
El prisionero romperá sus cadenas,
surgirá de las tinieblas
donde los hombres sin Dios lo han ocultado.
¿Se puede ocultar la Luz
cuando ésta se hace ardiente de Amor?
El Fuego de Dios destruirá pronto el fuego de los hombres.
La liberación de la Naturaleza,
con la liberación de todos los hombres,
vendrá pronto, cuando esta Cruz surja de la Tierra,
levantada por los Angeles que llevarán al Empíreo
a la Madre de Dios en Su Divina Asunción.
Todo se realizará, dando la Pureza
a la Tierra de los hombres y a éstos
su origen Primero en la Resurrección final.
Vosotros llevaréis entonces el nombre de hijos de Dios.
Venid los Benditos de Mi Padre.
Arnaud en Jesucristo
Resucitado”.